31 agosto 2008

HOGAR


Antes de decolar, miro por la ventanilla del avión que me trae de regreso, luego de un prolongado tiempo de ausencia. Hace un momento he estado escuchando “Rehab”, la canción símbolo del nuevo símbolo rebelde de la música mundial. El Aeropuerto parece no haber cambiado. Empiezo a sentir el fuerte cambio de clima. Trato rápidamente de introducir en mi bolso la revista In, que Lan coloca en sus aviones (debo reconocer que lo único que colecciono, aparte de fotochecks de eventos en los que participo, son publicaciones de aerolíneas). El piloto dice por los parlantes: "a los que regresan, bienvenidos a casa".

Sol de 34 grados. Mucho verde y bastante ruido. Una sensación de bochorno fuerte. Harto sudor.

En mi trayecto, mientras mis amigos Maribel y Zapata de la revista Caretas se reencuentran con mis amigos Jaime y Potro, siento que hay muchos espacios vacíos que llenar.

Releo un libro excepcional, llamado Nada que hacer, escrito por un cubano excepcional, sucio, lisuriento, escatológico, llamado Pedro Juan Gutiérrez. Este librito forma parte de un conjunto llamado Trilogía Sucia de La Habana (el solo titulo basta y sobra para seguirle la cuerda totalmente). A partir de ella, siento que la escritura no tiene nada que ver con el placer. Es sobre la necesidad y sobre la urgencia. Quisiera ser Gutiérrez. Quisiera tener su talento para escribir. Escribir no me hará rico (completamente convencido ahora) Escribir duele (eso ya lo había escrito antes). Pero escribir también sana, salva y reconforta (como El Divino Niño).

Debería verme todas las películas que han llegado a mi DVD, mientras, como un demente, garabateo notas y siento que el terror es parte de mí. Y pienso un poco en el Campamento Alianza y en todas las historias que seguramente me han contado todos los amigos que he citado y acudido. Y pienso en yacurunas y Pacaya Samiria y cámaras digitales.

La idea siempre ha sido ser uno mismo. Y, claro, sobrevivir en el intento. Aunque no sea entero, pero vivo. Por ejemplo, leyendo párrafos impresionantes como éste de Gutiérrez:

"Desde aquí arriba se ve toda la ciudad a oscuras (...) No hay viento y el humo se queda tranquilo. Un olor como amoniaco inunda la ciudad. La luna llena lo platea todo a través de esa niebla densa de gas y humo. Casi no hay carros. Algún auto por el Malecón. Todo en silencio y tranquilo, como si no pasara nada. Solo los tambores que se escuchan apagados y lejanos. Me gusta este lugar. El mar se ve plateado hasta el horizonte. Cuando ya no soporto más el humo y el gas, entro al cuarto y cierro la puerta. Sigue el calor. Refrescará más tarde. Sólo dejo abierta la ventana pequeña que da al sur. Desde allí se ve toda la ciudad, plateada entre el humo, la ciudad oscura y silenciosa, asfixiándose. Semeja una ciudad bombardeada y deshabitada.(…). No necesito más. Tengo que evitar a los demonios, y ser fuerte. En definitiva sin fe cualquier sitio es otro infierno."

Aunque IQT quizás no sea el Paraíso de la tierra (¿qué ciudad lo es?), sin embargo, esas palabras suenan como a realismo mágico total y diferente.

Welcome home.

Hogar, al fin y al cabo, es aquel sitio al cual siempre vuelves, mental o físicamente. Para bien o para mal.

En menos de dos días he vuelto a encontrarme con amigos, he tomado con el tío Huerequeque, me he sentado a disfrutar del aire acondicionado del hotel El Dorado, he comido platos gigantescos en La Isla de Bellavista, he degustado un delicioso paiche a la loretana en El Mijano, he recorrido las calles de siempre, he dejado que la lluvia y el cambio de clima destruyan mi garganta, he llenado una canoa con racimos de plátano, sandías y libros para una foto legendaria de Jaime (dará que hablar, estoy seguro). He vuelto a encontrar a mi hermano Bendayán y a mis hermanos de Pro & Contra y La Restinga. He sido partícipe de una tormenta regional con truenos y relámpagos. He seguido una pequeña procesión de homenaje al Niño Jesús de la Caja y he visto con terror mi cara en la tele de una sanguchería. He salido a recorrer otra vez la noche y he vuelto a sentir chiri-chiri y ganas desmesuradas de divertirme cuando escucho a Explosión. He visto diez mil personas corear “Ojalá que te mueras, que todo tu mundo se vaya al olvido” de los Hermanos Yaipén, he bailado melodías indescifrables en el Anubis con las reporteras pequeñas. He comido unas hamburguesas madrugadoras donde el Chato Burguer, acompañado del binomio Caretas. He pensado en libros, autores, documentales y el pequeño respeto que, al fin, empieza a recibir la cultura amazónica a nivel nacional e internacional.

Estoy de nuevo en IQT. Y es bueno estar aquí

5ª Semana del Libro de Iquitos

Entre los días 5 y 11 de setiembre, se llevará cabo la 5ª Semana del Libro de Iquitos, organizada por Tierra Nueva Editores, con más de 20 invitados de primer nivel, los cuales participarán en una serie de presentaciones editoriales, talleres, conversatorios y estrenos audiovisuales, los cuales contarán, además, con la cobertura de los periodistas y reporteros de los más importantes medios de comunicación peruana.



Se ha confirmado la presencia de diversos autores y personalidades. Entre ellos, César Hildebrandt, uno de los hombres de prensa más influyentes del Perú, que vuelve a Iquitos luego de tres décadas a dictar una conferencia magistral. Además, el escritor y blogger Renato Cisneros (quien presentará su exitoso libro “Busco Novia”), el periodista Pedro Salinas (quien presentará los volúmenes de su más reciente publicación “Rajes del Oficio”) y el cronista Juan Manuel Robles (quien presentará el libro “Lima Freak”).

Además, se tendrá en exclusiva el avant premiere del documental “Amazónico Soy”, dirigido por el periodista y realizador José María “Chema” Salcedo. Este trabajo fílmico, producido por el gestor cultural Jaime Vásquez Valcárcel, fue filmado en Iquitos y alrededores y retrata la vida de habitantes amazónicos representativos. El documental, de más de 2 horas de duración, será estrenado comercialmente en el Multicines Star de la ciudad desde el jueves 11 de setiembre. Además, la popular Plaza 28 de Julio acogerá la proyección abierta de documentales nacionales de realizadores tan prestigiosos como Delia Ackerman, Aldo Salvini, Ernesto Cabellos, Alejandro Legaspi, Fernando Valdivia, Sonia Goldemberg y Luís Degregori. Esta muestra fue seleccionada por el equipo editor del blog especializado Cinencuentro. Asimismo, se llevará a cabo una exhibición de la más reciente producción audiovisual loretana.

Dentro del variado y selecto grupo de personalidades, el editor de la prestigiosa revista Etiqueta Negra, Marco Avilés, brindará un taller de crónicas periodísticas; el ilustrador del diario El Comercio, Alfonso Vargas (Robo Tv) brindará una charla con consejos de su especialidad; en tanto los periodistas Marco Sifuentes y Giancarlo Stagnaro participaran en el conversatorio “El periodismo en la era del blog” (además se presentará la revista electrónica de literatura El Hablador); mientras el narrador Juan José Sandoval presentará su libro “Barrunto”.

Finalmente, se presentarán 5 libros editados en Loreto por Tierra Nueva: “Ribeyro, la palabra inmoral”, del periodista limeño Jorge Coaguila; “Los dueños de astros ajenos”, del narrador y poeta Percy Vilchez, “La Jungla de oro” del poeta Javier Dávila, “El interlocutor del diablo” de Juan Saavedra y “Historia de la filosofía antigua, medieval y moderna”, de Julio Olórtegui.


La Semana del Libro de Iquitos es una de las actividades culturales más importantes llevadas a cabo en esta ciudad. Es organizada por Tierra Nueva Editores desde el año 2004 y desde entonces han participado en ella más de una treintena de autores tan importantes y variados como Ernesto Cardenal, Santiago Roncagliolo, Daniel Titinger, Julio Villanueva Chang, Eloy Jáuregui, Gisela Valcárcel, Doris Moromisato, Rosella di Paolo, además de autores como Alfredo Bryce, Pedro Lemebel, Guillermo Giacosa y muchos más.

Link: Ver imàgenes de la 4ª Semana del Libro de Iquitos

30 agosto 2008

Trabajar sudando...en casa.

Luego de una extraña semana, en que estuve en 3 ciudades diferentes, me entrevistaron en el suplemento Domingo del diario La República y me invitaron al programa Fuego Cruzado de ATV, al fin hice un autostop.

Aqui en IQT, recién bajado del avión.

Sol de 34 grados. Mucho verde y bastante ruido. Una sensaciòn de bochorno fuerte. Harto sudor.

El piloto de LAN dijo por los parlantes, apenas la navé se detuvo en la pista del Francisco Secada Vignetta: "a los que regresan, bienvenidos a casa".



Y aunque IQT quizás no sea el Paraíso de la tierra (¿qué ciudad lo es?), sin embargo, esas palabras fueron tan certeras

Welcome home.

El hogar al final es aquel sitio al cual vuelves, mental o fisicamente. Para bien o para mal.

Estoy de nuevo en IQT. Y es bueno estar aquí.

Y Fuguet, me escribe: "volver a casa...y sí.. de acuerdo, no hay como la casa".

Ahora, a trabajar sudando: Semana del Libro, largometraje de Audiovisual Films, proyectos editoriales, próximo libro con Tierra Nueva y el gran famoso proyecto fílmico Sudor, con Alberto y otros amigos arriba del barco, remontando el Amazonas.

28 agosto 2008

LOS DUEÑOS DE ASTROS AJENOS

Por: Maggie Romaní Miranda (*)



Hace algunas semanas, Francisco Bardales me envió el texto de Percy Vílchez, Los dueños de astros ajenos, para tener una opinión sobre el mismo y poder presentarlo en el marco de esta importante feria (**). Debo agradecer este honor y consideración hacia mi persona ya que la experiencia que he tenido como lectora ha sido muy grata por varias razones. Una de ellas radica en el especial interés que tengo en las culturas y lenguas amazónicas de nuestro país. Los dueños de astros ajenos es la historia de nuestra Amazonía contada por un amazónico; quien nos muestra aquellos matices culturales desconocidos que se reflejan en la conducta guerrera de un personaje amazónico, o de un pueblo que lucha frente a la injusticia del conquistador occidental. Los protagonistas de la historia ya no son los que vienen de afuera, los verdaderos héroes son peruanos que defienden sus tradiciones, indígenas que reaccionan como cualquier humano impulsado por sus creencias y pasiones.

Otro motivo por el cual he disfrutado de la lectura de esta obra, ha sido la manera en que se va narrado la historia de nuestra Amazonía. Percy Vílchez es un cronista autóctono, o como él mismo dice “un cronista oriundo”, que se toma la licencia de invertir el orden de ciertos sucesos, algo que llamaría la atención de cualquier historiador o cronista. Sin embargo, esta vez es más relevante “la visión indígena” cuando se narran sucesos desconocidos por muchos. Así pues, la historia deja de ser expuesta de forma parcial, no es vista con el ojo occidental, se torna del verdor que le corresponde.

Una tercera razón que debo mencionar, es mi admiración por todo aquel que, desde su área y profesión, fomenta y enriquece la literatura amazónica, ya que en este tiempo, en donde la idea más sonada es “El Perú es un país plurilingüe y multicultural”, muy pocos se toman en serio esta propuesta y se preocupan por hacernos conocer ese Perú plural.

Los dueños de astros ajenos es una serie de ensayos que se desarrolla en ocho capítulos. Está escrito en una prosa clara que explicita a quienes investigamos de la Amazonía sus culturas, de la Amazonía su cosmovisión, de la Amazonía su historia, datos que pueden explicar la realidad actual de esa llamada Ama-zonía, de esa zona amada que aun no conocemos como debería de ser. Así por ejemplo, el primer capítulo La guerra celestial nos remonta a la época del intento de exterminio de las divinidades sagradas de la floresta. En este contexto se evidencia la resistencia a dejar de creer en seres libertadores, prometedores del paraíso, como Viarizú; en seres del bosque, como el Chullachaqui; en salvadores indígenas, como el mesías de los pajonales, Juan Santos Atahualpa; entre otros. ¿Por qué apropiarse de astros ajenos, si los amazónicos ya tenían los suyos tradicionales?

Por otra parte, la historia de la indígena shetebo, Ana Rosa, quien estableció un puente entre su pueblo y el cristianismo, nos llama la atención. La manera cómo logró ser la luz que necesitaban los misioneros cuando todo parecía adverso, es más que sorprendente. Vilchez afirma:

Ella representa a esas mujeres que surgen de la leyenda de la creencia popular que es una alianza entre lo cristiano y lo indígena”.

Las Emancipaciones anticipadas sucedieron mucho antes de las liberaciones que conocemos por la historia tradicional. Así, por ejemplo, el indígena anónimo que se escapó, aprovechando que era enviado a tierras americanas por Colón, fue el primero en liberarse. Cito al autor:

EN EL CUARTO viaje, Cristóbal Colón, al pasar por el Golfo de las Flechas donde ocurrió el combate inicial en el Nuevo Mundo, envió a un indio mozo, convertido en apariencia a la santa fe, supuestamente adaptado a las costumbres castellanas. Era su misión traer información de último momento sobre el citado lugar. El susodicho partió adornado con una serie de ornamentos europeos, como un emisario de los visitantes, un embajador de los forasteros. Al momento de despedirse dijo que regresaba pronto. No retorno nunca más.”

Luego le siguen una serie de personajes, entre los cuales vale la pena mencionar al primer pirata indígena Ajuricaba y al relacionista público cocama, Clemente Pacaya, quienes, al no conseguir la victoria total, fueron reivindicados años después por la emancipación anticipada que logró Santos Atahualpa. Así también, más tarde, un negro se liberaba en la floresta de su franciscano fumador, mucho antes de que Ramón Castilla liberara a los negros del Perú. Hablamos de Juan Benítez, a quien Vílchez atribuye el título de “el negro veloz”.

Navegantes antiguos en el Amazonas es el tercer capítulo. En esta sección, se narra lo que aconteció mucho antes de la aparición de Orellana. Vílchez nos menciona El tardío viaje de Francisco de Orellana. Nos habla de un hombre sin título de descubridor, conquistador o navegante. Orellana es para Vílchez: “un ambicioso que ansiaba un reino, un señorío”.

Por otra parte, el papel de la mujer en la historia peruana es reivindicado por las primeras navegantes del Amazonas. Ellas representarían las primeras socorristas amazónicas. Cito al autor:

EN LA NOCHE de los tiempos aparecieron unas mujeres hermosas, navegando hacia un alto territorio que nadie les había prometido. Eran las cuniapuras o tupinambas o Amazonas o cualquier otro nombre del pasado. Eran mujeres de armas tomar, de grandes jornadas en canoas y posiblemente navegaron todo el continente haciendo escalas en cada feria amazónica, recogiendo sobrevivientes de los tantos pueblos diezmados, arrasados por la barbarie.”

A partir del cuarto capítulo se invierten los tiempos en la narración de los acontecimientos. Para el autor, son más importantes las gestas indígenas, por eso es que las coloca antes de las “gestas” de los occidentales. Vílchez denomina a este capítulo Los descubrimientos indígenas. Este apartado resalta aquellos hechos que han permanecido ocultos hasta el día de hoy.

El fracaso de los expedicionarios y conquistadores al reconocer que lo único que existía en la floresta eran Los reinos imposibles, es lo que Vílchez nos deja apreciar en el quinto capítulo. Así pues, los occidentales cayeron en el juego-estrategia preparado por los amazónicos. Cito al autor:

El Dorado desde el predio de la escritura, fue la mejor expresión de ese juego de ingenuos que se extraviaron en los desvaríos de la imaginación y del ridículo. […]

En la agenda de la expropiación de los astros fue una estrategia indígena la invención de edenes terrestres. Mientras ellos destruían las precarias ciudades castellanas levantadas en el verdor, los forasteros se dedicaban con ahínco a buscar lo que ardía en la distancia imposible.”

El capítulo sexto nos introduce al surgimiento de la “literatura amazónica”. En La expropiación del fuego artístico, Vílchez comienza por describir la situación de dos ashaninka, quienes mantienen una tertulia de casi seis horas en un campamento raymondista. La elocuencia, ese poder de la palabra, es lo que resalta en el amazónico, así pues, la tradición oral del indígena evidenciada en los mitos e historias persiste como pieza fundamental en el mantenimiento de la cultura.


Más adelante, en este mismo apartado, el autor menciona que los indígenas amazónicos siempre supieron introducir algo de lo suyo en el arte confiscado al foráneo. Posiblemente esto se dio para no sentir tan desconocido lo que ellos seleccionaron de afuera, posiblemente, lo que hacían era perfeccionar aquello que les gustaba y escogían del otro.

Pero en la historia de nuestra Amazonía se tuvo que dar también La rebelión de los ritos como una advertencia de lo que los amazónicos quisieron mantener. En este penúltimo capítulo, el autor nos ratifica que el habitante de la floresta mantuvo siempre su modo de pensar y actuar a través de los ritos. Nos menciona que la música y la danza no podían tener mejor utilidad que en estas expresiones del alma.
Cito al autor:

La música y la danza fueron obsequios sagrados para ser utilizados luego en los ritos y las celebraciones, como fuentes de renovación de los ciclos de la fecundidad, del nacimiento, del agradecimiento a los bienes, de la siembra, de la fiesta compartida. En las artes de la guerra, la música y la danza concedían poderes ocultos, fuerzas desconocidas. Entonces todo tenía su orden ancestral, su camino elegido.”

Una cuestión importante dentro de la historia de emancipación que se dio en nuestro país, es reconocer que los amazónicos fueron los responsables de la Liberación en la maraña. En su último capítulo, Vílchez nos habla de la intervención de los amazónicos en el proceso de La independencia peruana. Para el autor “De una u otra manera, esa independencia regional coronó un largo proceso de insubordinaciones y liberaciones vista desde las médulas de la maraña.” Esta etapa permite “culminar una historia completa que cierra la colonia y se abre a otro tiempo. Tiempo donde todavía no se resuelve la cuestión del centralismo, rubro donde los amazónicos han cumplido un rol fundamental con sus protestas, sus insubordinaciones.”

Los dueños de astros ajenos es una obra que recomiendo leer. Animo a los lectores a descubrir la verdadera historia de nuestra Amazonía en palabras de este reconocido escritor amazónico. Percy Vílchez nos habla de las insubordinaciones de los amazónicos en su resistencia a lo foráneo, y, por esta nueva propuesta del ensayista loretano, en donde el tiempo se adecua a la cosmovisión indígena, en donde se reivindica al amazónico como agente activo de nuestra historia, me atrevo a decir que Percy Vílchez es también un insurrecto como cronista.

(*) Licenciada en Literatura y catedrática universitaria, estudiosa de textos de ascendencia amazónica (romanimaggie@gmail.com)
(**) Los Dueños de Astros Ajenos se presentó en la 13° FIL de Lima, organizada por la Cámara Peruana del Libro.

27 agosto 2008

A primera vista

Por: Lupe Muñoz



Estos días, mis mejores amigas y yo, estamos armando todo una misión S.O.S para "empatar" a otra amiga del grupo con un chico que conoció en su trabajo, que se cayeron bien y se hicieron amigos en un solo día. Más que ayudar, lo que queríamos es dar empujón a lo que ella describió como "click" desde el día que se vieron. ¡Ah, fácil entonces! (pensamos todas). El desánimo inició cuando en una salida de grupo, notamos que el "Romeo" no mostraba el interés que esperábamos. Ahora ¿cómo explicarle a "Julieta" que tiene que ir con cuidado para no frenar de golpe ante su "amor a primera vista"?

Sin embargo, al parecer, la cosa va regularmente bien y bueno lo que pase más adelante, será el resultado de lo bien o mal que ambos se puedan llevar. Pero ello me hizo pensar en estos últimos días ¿Existe el amor a primera vista?, ¿Existe el "flechazo"?, ¿ustedes qué creen???

He escuchado historias tipo: "nos conocimos en un parque, nos enamoramos y decidimos casarnos", o "estábamos en una tienda y él me ayudo con mis bolsas y allí nació el amor" o, "iba de colado con un amigo a una fiesta y ahí conocí al amor de mi vida", aparentemente inimaginadas pero que finalmente resultan y hacen pensar ("puede ser ¿no?").

Yo ,particularmente, tengo mis dudas, porque en tres ocasiones sentí ese impacto fuerte que hizo que (ilusamente) también dijera: ¡fue un flechazo!. Y también fueron situaciones raras y duraderas. Sin embargo las claras paradojas me hicieron regresar a tierra y pensar que mi tan gritado amor que creía sentir, quizá no lo era. Lo que existe es "química enamoradiza": conoces a alguien, lo tratas, te llevas bien, te acostumbras, lo extrañas, ya te fregaste (sentimentalmente hablando, claro). Fácil y sencillo. Y todo eso puede pasar en pocos días.

Algunas personas dirán "no, nada que ver, conmigo no es". Sin embargo nadie va a negar que alguna vez en sus vidas ha mencionado la dichosa frase: "fue un FLECHAZO". Flechazo, dardazo, pellizconazo, lo que sea, lo cierto, que gracias a eso hemos experimentado mil y un emociones que nos han hecho aprender a andar con cuidado en el campo minado del amor.

Claro esta, y no les cuestiono a todos aquellos que piensen en las teorías científicamente comprobadas acerca del "nacimiento y evolución" del sentimiento llamado amor. Chévere por ellos, si se dejan guiar por eso y no por cursilerías, ¡felicidades! y les aseguro que los envidio. Pero también estoy completamente segura que ni las teorías más estudiadas pueden predecir el comportamiento y el efecto que tiene en cada persona.

Otros y otras dirán: "pero el amor de verdad, es un proceso que se va dando con el día a día". Deben aceptar, en todo caso, que cada uno de nosotros conoce una historia de amor que se dio de la manera más espontánea e inverosímil pero que al final es real. Justo ayer veía un reportaje de la acróbata rumana que se fugó con uno de los hermanos Estáfanos, allá por los años 90. Ambos se conocieron luego que ella llegara con una delegación de su país para una función especial en el circo de él. Ellos ni siquiera se entendían por la diferencia de idiomas, sin embargo bastó una mirada y ahora viven juntos y felices. ¿Alguien me explica qué fue eso?

Teniendo de cerca el caso de mi amiga, al cual no le acreciento ni le quito méritos a su puro sentimiento, no tendría moral para "demostrarle la verdadera realidad del amor", pues como dije, mi pasado me condena. Iré fijándome en los detalles para ver si me sirven de algo y despejar algunas enredadas teorías que viven entre mi colchón y mis cojines. Yo sólo espero no ser nuevamente sorprendida por algún "flechazo".

En todo caso, como diría una amiga, mejor matemos a Cupido.

Tipishca

Por: Enrique Dávila (Ikitozz City)


Para Andrea los domingos son días donde puede relajarse y quedarse en casa sin hacer nada. Después de una ardua semana de trabajo como vendedora en Carsa siente a sus 21 años que puede darse el lujo de descansar como anciana los domingos; sin nada más que una buena película, una cajetilla de cigarrillos y un ventilador a toda potencia.

Pero esa semana llegó la prima Carol. Una limeña con muchas energías, bastante extrovertida y con todas las ganas de pasearse en la calentona Iquitos. Como pasa en las familias cuando un visitante inesperado llega, Andrea se vio forzada a ser la chaperona de la prima. A llevarla a conocer esa ciudad de la que tanto escuchó hablar, donde los maquisapas cuelgan de los postes de luz y cuando el semáforo cambia a verde los ronsocos cruzan la pista. Todos esos mitos estaban en la mente de Carol que por primera vez pisaba suelo iquiteño. Pero Andrea decidió poner todo su empeño en mostrarle una ciudad despierta, divertida y juvenil.

En el día fueron a pasear en bote por los rios Itaya/Nanay/Amazonas; a tomarse fotos en Quistococha y a andar en moto a toda velocidad por la carretera Iquitos – Nauta. Por la noche fueron a bailar en las discos de moda Noa y Berimbau, a tomarse una cola de mono en el Musmuqui y a ver tocar en vivo a Tran-C en La Parranda.

Andrea sentía que había cumplido con su misión “que no jorobe más, con todo eso ya se puede ir contenta”.

Llegó el domingo y Andrea quería disfrutar de la paz que encuentra en su rutina dominical. Pero Carol aparte de los mitos absurdos de gente calata en las calles y cupisos policías; también escuchó hablar de la playa más concurrida de Iquitos, el punto de encuentro de la juventud aventurera, la “ya no ya”: Tipishca.

Andrea había jurado no volver a Tipishca, la odiaba por sobre todas las cosas. Es que hace un año una serie de eventos desafortunados adornaron su día veraniego. Pero Carol insistió tanto que tuvo que acceder – por obligación de su madre – a acompañarla. Tomaron un motocar hasta Santa Clara, pero el tráfico vehicular las obligó a bajarse mucho antes de llegar hasta donde esperan los botes. A pesar de que el sol asfixia a cualquier desprevenido, Carol estaba embelesada, con sus lentes oscuros y su bikini por estrenar; mientras a Andrea le dolía la cabeza de tanto soportar el claxon de los vehículos.

El viaje en peque-peque demora 15 min. Carol estaba muy contenta y entusiasmada, el ambiente era cálido y acogedor; observa a una familia sonriente y podía sentir el maravilloso día de recuerdos que le esperaba. Pero Andrea no sentía lo mismo, estaba en el medio de un par de sobrealimentadas señoras que no dejaban de hablar en voz alta, apenas podía moverse y su cuerpo sudaba a chorros.

Para Carol descubrir eso que llaman peque-peque a la embarcación por el sonido que hace el motor es todo un acontecimiento. Para Andrea descubrir que una de las señoras le estaba tocando el trasero fue toda una tragedia.

Carol disfrutaba de la playa como si fuese una niña pequeña, no dejaba de correr de un lado a otro probando de todo un poco. Desde el tacacho de las vendedoras establecidas hasta los chupetes Shambo que le ofrecian. Andrea solo quería acomodarse bajo la sombra de algunas ramas y esperar que las horas pasen rápido para regresar sana y salva a la ciudad y enviar a su prima de una vez a la capital.

Carol participó de un emocionante partido de voley donde hizo nuevos amigos, disfrutó bailando al ritmo de Explosión, salpicando la arena a sus pies, bebió una botella entera de witochado que le regalaron y se dejó llevar por el suave vaivén de las olas del Nanay. Andrea trato de dormir un poco pero recibió un desafortunado pelotazo de un partido de voley cercano, un niño tropezó delante suyo y le derramó todo el chupete en las piernas y encima le dijo “discúlpeme SEÑORA”, se topó con su ex enamorado besuqueándose con quien fue su mejor amiga, cuando fue a comprar un juane le robaron el teléfono móvil y cuando quiso relajarse un poco dándose un baño una rama enterrada en la arena le hizo un profundo corte en el pie.

Para el final del día Carol estaba encantada, extrañaba un poco el tallarin en bolsa de las playas limeñas y la inmensidad del mar; pero estaba contenta con el tacacho servido en hoja de bijau y el reflejo del sol en el placentero rio Nanay. Para el final del dia Andrea solo podía pensar “nunca mas regreso a esta jodida playa” y es que casi como calcado le pasaron las mismos eventos desafortunados del año anterior.

Carol se despedía de todos en el aeropuerto, se llevaba consigo hermosos recuerdos de una ciudad alegre y divertida. Pero sobre todo de una prima que le mostró lo emocionante que puede ser Iquitos. Abraza a Andrea y le promete regresar el próximo año para ir nuevamente a disfrutar de una tarde en Tipishca. Ella sonríe brevemente y acepta la promesa con un pequeño abrazo, mientras una frase le da vueltas en la cabeza: “que se vaya a la puta Tipishca”.

25 agosto 2008

la historia que se devoró al presente


Las cosas a veces tienen un tono extrañamente irónico. Voy en uno de los asientos traseros de una combi, acurrucado del frío y el viento helado limeño. De pronto, el chofer sintoniza una radio de noticias. Una señora ministra – Fernández, para más señas – se queja dramáticamente de los pobladores amazónicos. Extraviada en su arrogante ignorancia, agresiva como ciertos funcionarios que fungen de columnistas, la ministra-defensora-de-Ernesto-Schutz condena la conducta violenta/agresiva/pataletera de los habitantes de “esa zona alejada”, que se han traído abajo los decretos “modernizadores” 1015 y 1073 en el Congreso de la República.

No dejó de subrayar mentalmente algunas frases antológicas: “ esa zona alejada”, “esos decretos modernizadores”.No dejo de interpretar esa connotación silvestre y agresiva intrínseca al ser amazónico. Los intelectuales de periódico conservador, los analistas de cable e internet braman “paternalismo”, “oportunidad desperdiciada”, herejía. En el año 2002, el APRA fue líder del movimiento irracional que se opuso a la privatización de compañías de energía eléctrica en Arequipa, promoviendo una revuelta vandálica en las calles y la renuncia de un ministro. No recuerdo alguna declaración de la ministra Fernández reprendiendo a los arequipeños por su mal proceder. Sí recuerdo, bastante, a los actuales jerarcas apristas promoviendo el sabotaje de los empeños del gobierno anterior con los mismos argumentos que repudian actualmente.

¿Cuándo una señora como Rosario Fernández se convirtió en la nueva abanderada de ese núcleo duro de ignaros que deciden por la Selva sin saber casi nada de ella? ¿Habrá leído la señora Fernández algún libro de historia amazónica? ¿Lo habrán leído algunos de esos columnistas nacionales que hablan de la Amazonía como si de su perro se tratase?

Dudo que Fernández y los neoconservadores que la secundan sepan que hace poco se ha publicado el libro Los dueños de astros ajenos (Tierra Nueva, Iquitos: 2008), riguroso y apasionante trabajo de investigación sobre aspectos recónditos de la historia amazónica. Su autor, Percy Vílchez Vela, ha gastado buenos años de su vida escudriñando en bibliotecas de altas paredes, hurgando en polvorientas y apolilladas fuentes impresas, acudiendo presuroso al llamado de testimonios orales que le certificaban algunas hipótesis, sistematizando – o intentándolo – el vasto, complejo y a veces caótico mapa cronológico de estos fastos.

Al leer las casi 300 páginas del libro (narradas con el apasionante y envolvente estilo de Vílchez), siento que el verdadero presente de la Amazonía está en las páginas y reproducciones del pasado. Digámoslo de modo muy simple: la Selva no es un producto que acaban de descubrir los opositores, no es un invento de Humala o Víctor Isla o la CGTP (tan proclives al nuevo imperialismo colonial de signo chavista). La Selva no es un acto de generación espontánea desde los escaños de congresistas que se alucinan sabios por haber ojeado algunos tomos de Monumenta Amazónica.

Vílchez no pontifica sobre diagnósticos tecnócratas, porque, en verdad, el libro retoma, a través de la reconstrucción de la memoria colectiva, el sendero de nuestro porvenir, al margen de cualquier estereotipo o prejuicio. No hay aquí lecciones de ONG o palazos de corte populista. Más bien hallazgos. Se descubre, por ejemplo, la gesta de 6 caciques asháninkas, quienes en 1594 viajaron a pie desde sus lejanos reinos hacia la indomable Lima, capital del nuevo Virreinato español, a fin de entrevistarse con los jerarcas de entonces, a fin de solicitarle atención de sus problemas más intensos, pero también lograr el verdadero conocimiento del conquistador del territorio conquistado, procurando que entienda las condiciones, la cosmovisión, el universo en el cual pretendían descansar su momentáneo poder. Se descubre, además, la verdadera gesta de Juan Santos Atahualpa, su lucha contra las imposiciones centrales, impuestas, arbitrarias, así como la búsqueda permanente del diálogo de aquellos habitantes originarios con los interlocutores extranjeros: la experiencia de los Jebero y el misionero Lucas de la Cueva, los Omagua buscando por largos cinco años alguien que los escuchara y visitara sus islas.

Claro, en un mundo que ayer y hoy ha sido y es indiferente con el devenir amazónico, con un centralismo enceguecido por su propia auto contemplación, existen formas de afirmación, escenarios de protesta, signos de libertad. Todas estas manifestaciones no se han gestado desde afuera (no hay acá un salvador de botas uniformadas rojizas ni un patroncito bonachón y buena gente que decide construir un puente y hacer una fiestecita con harto trago). La primera utopía indígena surgió en 1560, la Tierra Sin Mal, en medio del encierro que se iba postrando a la causa local, como una forma de soportar la postración material y el vasallaje (que se nutría de las armas y la fuerza bruta). Resistir era una forma más elevada de superioridad espiritual del linaje. Los pueblos originarios resistieron durante el periodo oscuro, expropiando para sí sus creencias, camuflando sus ritos ancestrales, afirmando el coraje de sus mujeres y la indómita rebeldía de su idealismo.

Todo está escrito, también, y el autor de este libro lo sabe, por eso se ampara en más de una veintena de obras para relatarnos una historia que no se queda en la reproducción monótona y el parlanchinismo, que supura mito, exuda detalle, abarca pasado y se nutre de presente. Vílchez ha tenido el gran tino de contar los hechos desde el punto de vista de los aparentemente vencidos; no para incidir en la resignación del hecho consumado, sino para discrepar, exponiendo datos objetivos que desvanecen la absurda idea de la noticia oficial y la crónica cortesana. La libertad y la propiedad de sus propias estrellas, dioses y senderos son bienes por los que los amazónicos tuvieron que luchar con fiera determinación.. Vílchez cuenta la historia como si nos estuviera relatando una reproducción de nuestras vidas actuales:“El que primero libera puede oprimir después. La terrible lección quedó entonces para los venideros como una indeseable alerta, un presagio fatal. La emancipación no era un maná terrestre. Desde las entrañas amazónicas, era apenas la estación de una lucha mayor y todavía trunca: la guerra por la liberación regional.”

En casa, miro mi afiche de Amazónico Soy. En mi reproductor, suena el Unplugged de Julieta Venegas, la diva chaparra canta El presente. Los políticos hablan en la televisión con la propiedad del cínico que de una idea ha confeccionado una doctrina. Los intelectuales despistados siguen en su retórica mediana, insuficiente, barroca. Todos tienen la boca llena de masa verde, caliente, vital. Y todos (unos más que otros) en su afán por parecer más cultos y más selváticos, irremediablemente, profieren disparates. Como antes. Como siempre.

Una vez más, la historia se ha devorado al presente.

Fallece congresista Mario Peña


El congresista Mario Peña Angulo (56 años), representante por Loreto, falleció en la madrugada de hoy lunes, en el Instituto de Enfermedades Neoplásicas de Lima, como consecuencia de un cáncer linfático agravado.

Peña Angulo,economista, había sido anteriormente diputado regional, regidor de la Municipalidad de Maynas y presidente interino del CTAR-Loreto. El año 2006 fue electo parlamentario liderando la lista congresal loretana de Acción Popular, de la mano del ex presidente Valentín Paniagua.

De acuerdo al ordenamiento legal previsto en la Constitución y el Reglamento del Congreso, quien sucederá a Peña será su compañero de lista en las elecciones, Jorge Foiquinhos Mera.

22 agosto 2008

La "Ley de la Selva" ya fue

Tenía que ser así.

El Congreso de la República enmendó la plana al Poder Ejecutivo y sus arrestos totalitarios.
66 votos a favor y 29 en contra bastaron para derogar los D.L 1015 y 1073, que, entre otras cosas, permitían el regalo indiscriminado del territorio selvático a los postores más tiburones y piraña del mercantilismo.



La Amazonía necesita modernización. Pero no ser regalada en pedazos ni ser transferida a señores feudales.

Ojo, este tampoco debe ser una victoria de las fuerzas oscurantistas, del humalismo y el nuevo colonialismo de inspiración chavista. Este no es un triunfo de Víctor Isla ni de sus áulicos. No debemos dejar que estos retrógrados del pensamiento sientan que este es su momento para ganar a río revuelto.

Este es un llamado de atención al gobierno y el Estado para que tomen en serio a la Amazonía, para que la investiguen en modo serio, en modo concreto, en medio amplio, no para darle paliativos ni para entregar dádivas.

Y es una oportunidad para hacer pedagogía real con las realidad y los potenciales amazónicos.

No somos tanto, pero tampoco tenemos tan poco.

A ver si ahora nos toman en cuenta, de verdad, para abordar nuestros propios problemas.

21 agosto 2008

Protestas indígenas: La lucha contra los engaños y la prepotencia

Por: Alberto Chirif



¿Se oponen los indígenas al desarrollo?.-

Hace pocos días, en sendas entrevistas por televisión, he escuchado opiniones de dos ministros sobre el tema de las protestas en curso de miles de indígenas en diversas zonas del país. Uno de ellos es el premier, el Sr. Jorge del Castillo, para quien el tema se resuelve en el hecho de que los indígenas son pobres, a pesar de poseer grandes extensiones de tierras, y, a la vez, en la existencia de una serie de personas e instituciones que quieren mantenerlos en esa condición para poder aprovecharse de ellos y manipularlos. No explicó bien en que consistiría este aprovechamiento ni tampoco la finalidad de la manipulación. El otro es el recién estrenado ministro del ambiente, Sr. Antonio Brack, que hizo una comparación primorosa de los indígenas del Perú con los bávaros. Estos últimos, afirmó, mantienen sus tradiciones, sus vestidos (esos de cuero con tirantes y sombrerito del mismo material, de alas cortas, para los hombres; y de faldas largas, con mandil, para las mujeres), pero a su vez son empresarios ricos. Puso como ejemplo de esto el hecho de que la fábrica de esos súper autos BMW está allá, en Bavaria. Luego pasó a hablar sobre la artesanía shipiba, que le encanta, según confesó, y que podría ampliar su mercado y volver rica a la gente, pero para esto, sentenció, los indígenas debían modernizarse y trabajar.

¿Pero qué ha hecho el Estado para promover eso?, interrumpió el entrevistador al ministro Brack, supongo yo sin ánimo de fastidiarlo, porque ese periodista no se distingue por ser un comunista solapado ni tampoco un crítico del gobierno. ¡Ah!, reparó el ministro, en eso hay que reconocer que no ha hecho nada. A reconocimiento de culpa relevo de pruebas, dicen los abogados.

No obstante, otras cosas me quedaron dando vueltas en la cabeza. La primera es qué tiene que ver la andanada de decretos promulgados por el Ejecutivo, que buscan reducir en unos casos y anular en otros los derechos de las comunidades indígenas, con la preocupación de estos ministros por la pobreza de los pueblos indígenas. Debo admitir que no encontré la relación. Más bien, me quedó claro que si los indígenas pierden sus tierras se quedarán más indefensos dentro de la sociedad nacional, como fácilmente se puede ver a raíz del tipo de condiciones que suele imponerles aquello que se llama la ley de la oferta y la demanda. Por ejemplo, los madereros pagan por un árbol de cedro en pie 20 soles. En otras palabras, ellos recuperan el costo de su asalto con la venta de cuatro pies de un árbol que puede producir dos metros cúbicos de madera.

No se puede negar que en los últimos 10 ó 12 años el Perú registra índices de crecimiento macroeconómico muy positivos. Pero tampoco se puede negar el aumento de las “víctimas del desarrollo”, parafraseando a mi colega Shelton Davies, hoy consultor del Banco Mundial. En la década de 1970, él estableció estos pares antagónicos para representar, por un lado, a los indígenas del Brasil y, por otro, el espectacular crecimiento que experimentaba el país en ese tiempo, como resultado de una millonaria inversión de capitales transnacionales. Pero esto esta última no ha podido revertir el hecho de que en ese país se reconozca la existencia de un 50% de pobres, de los cuales más de la mitad están en situación de miseria, ni tampoco que se frene el crecimiento desenfrenado de la violencia como producto de dicha pobreza.
Para volver a las “víctimas del desarrollo” debemos referirnos, por ejemplo, a los achuares del Corrientes y, en general, a los indígenas de otras zonas petroleras. Si se compara los índices del PBI que se produce en los distritos petroleros, con la situación de deterioro y empobrecimiento de la situación de los indígenas y ribereños que habitan en ellos, vemos fácilmente que no hay relación positiva entre inversión y desarrollo, sino todo lo contrario. Los pueblos indígenas nunca han sido ricos pero tampoco han sido pobres. El juego de estos conceptos no ha correspondido a su realidad. No han tenido nunca dinero, elemento que no hecho parte de su propio proceso histórico, pero sí han podido satisfacer plenamente sus necesidades de alimentación, vivienda y vestido; y han tenido además ventajas adicionales, como vivir en un ambiente sano y tener capacidad de manejar sus conflictos. Ahora, en cambio, a raíz del “desarrollo”, no sólo no tienen dinero, sino que tienen un medio ambiente deteriorado, que ya no les provee de bienes y servicios de calidad, como sucedía antes, y su salud está afectada, tanto en lo físico, como en lo psicológico.

Nunca he conocido a un indígena que se niegue al progreso, a tener más dinero y poder comprar con éste nuevos bienes. La historia de las relaciones entre las sociedades indígenas y la colonización da cuenta clara de esto desde los primero tiempos del contacto. Las herramientas de metal, por ejemplo, no fueron una imposición externa, sino una innovación tecnológica aceptada de buen ánimo y buscada por los propios indígenas. De hecho, su interés en mantener comunicación con los europeos no fue motivado por la religión ni otro tipo de enseñanzas de origen foráneo, sino por tener acceso a las herramientas de metal que facilitaban su trabajo y lo hacían más efectivo.

En este sentido, los defensores de los decretos no deben buscar argumentos absurdos para mantener su decisión y cuestionar a los indígenas y a quienes no piensan como ellos. Los indígenas no se oponen a la innovación ni a las mejoras de sus condiciones de vida, sino al despojo y a este tipo de desarrollo que en realidad los hunde porque enajena sus recursos y su capacidad de decidir libremente sobre su futuro.

La insistencia de los decretos.-
No es que los decretos aprobados fijen condiciones democráticas para que las comunidades indígenas elijan libremente su destino como colectividad, así como el uso que le quieran dar a sus tierras colectivas. No, no es eso. Es, por el contrario, que los decretos promueven compulsivamente la anulación de los derechos colectivos de los indígenas con la finalidad de disolver (palabra que nos trae reminiscencias de abril de 1992) a las comunidades y parcelar sus tierras para que entren al mercado. Por lo demás, la parcelación de las comunidades para que pongan sus tierras en el mercado de tierra no es una idea nueva, como cree el señor presidente, sino muy antigua. En el Perú, durante el mandato de Simón Bolívar, con el argumento de atacar instituciones coloniales, “que sustraían la tierra del mercado e impedía la conversión de sus tenedores en propietarios directos”, se eliminaron, en 1824, las protecciones de las tierras indígenas. El resultado fue la creación de latifundios y, entonces sí, el empobrecimiento de la gente que se quedó sin soga y sin cabra. En Chile se dio un proceso similar desde el siglo XIX que afectó principalmente las tierras de los mapuches. El porcentaje de solicitantes de la parcelación fue reduciéndose paulatinamente, hasta que Pinochet determinó que con uno solo que la pidiera, se procedería a la partición de las tierras. En la práctica, se presentaron casos en que ese uno ni siquiera era mapuche, sino un foráneo asentado en sus tierras.

Las comunidades son autónomas según la Constitución. Por lo que no necesitan ser empujadas a parcelar sus tierras. Si quieren pueden hacerlo por decisión propia. De hecho, por citar un ejemplo, las tierras de todas las comunidades aguarunas del Alto Mayo, base de la Confederación de Nacionalidad de la Amazonía Peruana (CONAP) han sido parcelas y alquiladas a colonos, en ejercicio de su autonomía.

Pero no es sólo a través de esos decretos que el Estado busca anular los derechos colectivos, que son propios de los pueblos indígenas y que han sido parcialmente formalizados, con su esfuerzo y el apoyo de otros agentes, el Estado entre ellos, en la legislación nacional y en los convenios y declaraciones internacionales, durante los últimos 40 años. Es también mediante su práctica política que apunta hacia eso, desconociendo importantes normas que hacen parte de la legislación nacional.

En este sentido, hay que mencionar el derecho a la consulta previa, informada y de buena fe que está contemplado en el Convenio 169 de la OIT, ley nacional desde que el Estado lo ratificó en 1993; y que la Declaración de los Derechos de los Pueblos Indígenas, aprobada a fines de 2007, retoma y amplía, en la medida que le da carácter vinculante a la consulta. Según este derecho toda actividad de desarrollo y toda norma legal referida a comunidades indígenas que el Estado quiera poner en marcha o aprobar, según el caso, debe pasar por un proceso de consulta previa con éstas y sus organizaciones representativas. Sin embargo, ni uno solo de los decretos aprobados recientemente por el Ejecutivo, a pesar de que comprometen su existencia como entidades sociales, económicas y culturales, ha pasado por la consulta previa.

La situación respecto a los contratos petroleros en tierras de comunidades indígenas es similar. Hay que decir, además, para sopesar el grado de incumplimiento del Estado respecto a sus propias normas, que el Decreto Supremo Nº 012-2008-EM, dado el 19 de febrero de este año, que aprueba el “reglamento de participación ciudadana para la realización de actividades de hidrocarburos” y que ha sido elaborado en concordancia con el convenio 169 y la Declaración de los Derechos de los Pueblos Indígenas, ha ratificado el tema de la consulta previa, informada y de buena fe para la suscripción de contratos de explotación petrolera.

No obstante esta reafirmación de principios y obligaciones hecha por el propio Estado peruano, el 12 de diciembre de 2006 PERUPETRO suscribió contrato con la empresa HOCOL para la exploración y explotación del lote 116, ubicado en la zona del alto Marañón, provincia de Condorcanqui, sin haber efectuado ninguna consulta previa; y sólo realizó “eventos presenciales” para informar a la gente sobre el contrato que ya había suscrito, los días 12 y 29 de marzo de 2008, es decir, un año y tres meses después de haber tomado unilateralmente la decisión de autorizar a la empresa su operación en el país.

El racismo.-
Muchos de los que han escrito sobre el conflicto actual han hablado sobre el tema del racismo. Me atrevo sin embargo a volver a mencionarlo, a riesgo de no tener cosas nuevas que decir. Lo hago simplemente para expresar mi indignación.

En los 40 años que llevo trabajando con pueblos indígenas todas las decisiones fuertes que han tomado colectividades indígenas amazónicas han tratado de ser desacreditadas por sus opositores como supuestos resultados de manipulaciones externas. Recordaré algunas. A comienzos de la década de 1980, los aguarunas resolvieron echar de su territorio a Werner Herzog, soberbio cineasta alemán, considerado por algunos como “progresista”, que burlándose de la voluntad de la gente quiso a toda costa mantenerse en la zona y realizar allí su película. Antes, el Consejo Aguaruna-Huambisa (CAH), había ganado sus reclamos en todas las instancias administrativas, pero esto no sirvió para que Herzog se marchase. Entonces fue echado a la fuerza. La respuesta fue: son manipulados. ¿Por quienes? La oferta fue variada y hasta contradictoria: misioneros del ILV que no querían gente extraña en la zona, comunistas, espías de países vecinos interesados en crear el caos y, por supuesto, ONG.

Se atribuyó también a la manipulación sucesos trágicos, como el desalojo de colonos realizado por los propios aguarunas, primero, en Chamikar, comunidad en el alto Marañón, y, años más tarde, en Flor de la Frontera, en Cajamarca. En ambos casos, los comuneros indígenas habían ganado sus reclamos administrativos y además judiciales que ordenaban que el Estado desalojara a los colonos, cosa que ciertamente no hizo. Fue entonces que los indígenas actuaron, con las consecuencias ya conocidas.

A fines de la década de 1980, los ashánicas del Pichis se levantaron en armas contra el MRTA, a raíz de que éste había asesinado a su líder, don Alejandro Calderón. En el proceso, convocaron a los asháninkas del Gran Pajonal. Nuevamente se levantó el argumento de la manipulación, que esta vez recaía sobre AIDESEP y sus asesores.

Más recientemente, en 2006, los achuares del Corrientes tomaron medidas de fuerza a raíz de que sus protestas por la contaminación de su medio ambiente y de su propia salud, debidas en ambos casos al vertimiento durante décadas de aguas de formación en los ríos y quebradas. En esta oportunidad, los acusados de manipulación fueron ONG que trabajan temas de derechos humanos y ambientales.

En resumen, nunca se admite que los propios indígenas son capaces de expresar su opinión a procesos que son contrarios a sus intereses. ¿Por qué? Porque son indígenas, es decir, por racismo. La actitud no es nueva y me hace recordar un pasaje de las investigaciones judiciales realizadas durante el proceso del Putumayo, a inicios del siglo XX, mediante el cual se abrió juicio a los caucheros acusados de las masacres de los indígenas. Rey de Castro, cónsul peruano en Manaos, fue encargado por el gobierno peruano de informar sobre los hechos, pero en realidad asumió la defensa a rajatabla de los caucheros. Él trató de desacreditar las declaraciones de los indígenas que habían sufrido castigos y vejaciones, con el argumento de que, por ser indígenas, no tenían capacidad de afirmar una cosa así. Esto a pesar de que lo que decían se refería a maltratos sufridos en carne propia. En consecuencia, si afirmaban eso, era porque eran manipulados.

En el tiempo que llevo trabajando con pueblos indígenas, nunca he sabido que ninguno de estos actos de protesta u otros menos visibles, para oponerse a decisiones del Estado o de empresas, haya sido manipulado por algún agente externo.

Final.-
La insistencia en la pobreza de los indígenas, por todas las consideraciones expuestas, parece sospechosa, aunque en algunos casos admito que pueda deberse a la ignorancia de quienes sostienen este argumento para justificar los decretos. La enajenación de sus tierras y el rompimiento de su cohesión social no son formas de encarar la pobreza. La pobreza, por otro lado, es consecuencia de una manera de ver el desarrollo que termina expropiando a la gente con menos poder dentro del sistema, para trasladar sus heredades al gran capital.

Si al Estado le preocupa realmente la pobreza, que comience por donde están la mayoría de pobres, es decir, las ciudades: ambulantes, cuidadores de autos, cantantes callejeros, obreros voluntarios que reparan pistas y hasta carreteras, carteristas y escaperos; también está una larga relación de profesionales de diversas ramas, muchos de ellos muy calificados, que se han empobrecido por falta de trabajo y que han debido dedicarse a labores como la de taxistas. Y en el caso de las comunidades indígenas, si el Estado quiere hacer algo por ellas que las apoye a manejar sus bosques de manera sustentable, a fin de obtengan beneficios económicos de su aprovechamiento, o las cochas, para levantar la productividad piscícola. Esto no dará como resultado nuevos levantamientos, sino el agradecimiento de las comunidades a un Estado que en vez de tratar de hundirlas, las levante.

Mientras tanto, que el Estado cumpla con la Constitución, las leyes, los convenios internacionales y las declaraciones que ha suscrito en las Naciones Unidas, y que respete la autonomía de las comunidades indígenas para decidir por presente y futuro.

Foto: Globalizado (sobre una marcha loretana contra la militarización del Datem del Marañón)

Se estrena documental “Amazónico Soy” en Iquitos


Con ocasión de la 5° Semana del Libro de Iquitos, organizada por la editorial Tierra Nueva, el día miércoles 10 de setiembre a las 11 a.m. se realizará en el Multicines Star de dicha ciudad el avant premiere del documental “Amazónico Soy”, dirigido por el periodista José María “Chema” Salcedo y producido por el gestor cultural Jaime Vásquez Valcárcel, director del diario Pro & Contra.

El documental narra en casi dos horas de duración historias de personajes reales que habitan la Iquitos, los cuales tienen un desarrollo particular porque van contando sus anécdotas, experiencias de vida e interacción con la urbe y su idiosincrasia. Entre otros, se destacan relatos de los artistas plásticos Christian Bendayán (quien es el responsable del afiche que mostramos en esta oportunidad), Gino Ceccarelli, Francisco Grippa, de los jóvenes del taller La Restinga, del personaje bohemio Huerequeque (protagonista de Fitzcarraldo de Werner Herzog), del maestro chamán Luis Culquitón, del cantante Raúl Vásquez y muchos otros más.

“Amazónico Soy” fue filmado en Iquitos entre abril y mayo del presente año y ha sido financiado íntegramente con fondos locales. Chema Salcedo estuvo presente en las grabaciones y el equipo técnico de producción pertenece a Inkari Digital Films. Al avant premiere, además, seguirán –a partir del jueves 11 de setiembre - funciones comerciales diarias en la cartelera del Multicines Star. Según los productores, se pretende que a finales de octubre pueda ser exhibido en Lima y otras ciudades del país.

(Visto primero en
Cinencuentro)

SOBRE LA PROTESTA AMAZONICA



Más vale tarde que nunca, sobre todo porque empezamos a encontrar los síntomas del más extraviado autoritarismo gubernamental con referencia a las protestas vinculadas con los pueblos originarios amazónicos. No he comentado sobre política (incluyendo la que afecta la región loretana) hace bastante tiempo, pero el asunto lo amerita.

Para entender un poco la protesta amazónica y lo que se evidencia en el paquete legislativo que el aprismo busca imponer (y, afortunadamente, han sido derogados en la Comisión de Pueblos Indígenas, Amazónicos y Afroperuanos del Congreso, habría que atender la infografía que trae La República.



Al respecto, y ante el movimiento que se ha creado a través de la causa amazónica, sería bueno leer también el diagnóstico de Caretas.

Al respecto, me parece pertinente trazar un breve esbozo de reflexiones personales lanzadas al aire sobre el tema:

1.- Me parece penoso que el gobierno crea que la demanda amazónica contra sus medidas legislativas es producto del desconocimiento y la ignorancia. Aunque es cierto que gran parte de la población desconoce varios de los detalles (que no tendría por qué conocer, pues esa es tarea de especialistas) el fondo del asunto es muy claro. Y el tema, más que de técnica, es un asunto de ideologías. La ideología común del amazónico choca frontalmente con la visión de desarrollo que el nuevo conservadurismo alanista pretende imponer (para bien o para mal). Eso de acusar a todos de no saber nada es una suerte de pataleta déspota mezclada con no poca necedad.

2.- No hay nada peor que creer que detrás del movimiento existe solamente un ánimo desestabilizador. De hecho, en los días previos de discusión han participado organizaciones muy serias y muy representativas que han planteado propuestas, las cuales, obivamente, el gobierno no ha tenido en cuenta, las ha tomado por agua tibia o simplemente les ha desdeñado. ¿Esperaba Alan que le hicieran barras cuando sacaba sus medidas sin consultar con la amazonía, amparados en una tira de técnocratas ignorantes de la realidad selvática? Dios, cada vez que converso o leo a estos tipos me parecen más pérdidos que nunca en sus cifras y en sus cursitos MBA, pero sin pisar los pies en la tierra. Disculpen, MBA boys, no soy de los que repudia la tecnocracia y el academicismo, pero siento que ustedes necesitan, en verdad, conocer un poco más -mucho más - de esta región si quieren decidir su futuro.

3.- El gobiernismo ha achacado todos los males amazónicos a una mano negra que mueve los hilos del poder. Si bien, como ya hemos visto, eso no es una verdad implacable, sí es cierto que hay elementos que permiten indicar ello. La lucha política es bastante evidente, por un lado, desde los corífeos del gobierno y por otro lado de la asonada humalista-chavista que, evidentemente, busca llevar agua para sus propios molinos. Caretas ha indicado que existen demasiados elementos coincidentes que coordinan las declaraciones de Humala, los pronunciamientos de izquierdistas como Javier Diez Canseco, la actuación del sector extremista de la GGTP y el SUTEP y los movimientos tan calculados de congresistas como José Maslucán o Víctor Isla (nuestro buen negociante de hectáreas de tierra virgen,convertido ahora en incendiario del bosque). Tampoco seamos tan ingenuos.

4.- Preocupa que Antonio Brack, un tipo que ha trabajado tanto tiempo con las organizaciones ambientalistas y con ciertos grupos indígenas, no haya entendido cabalmente el mensaje que le ha sido entregado al gobierno. Esta no es solo una lucha por demandas justas. Este también es un movimiento político, que busca generar resultados mayores de los que en principio se esperaban. Brack, ha sid enviado por el gobierno para pisar el palito, para quemarse y, disciplinadamente, como borrego, ha preferido sacrificarse y asumir el portazo de las organizaciones amazónicas en ese tanto y pulseo al que le sometió Alan García y Jorge Del Castillo. Brack es un tipo inteligente y de buenas intenciones, pero su posición está totalmente debilitada, tanto como vocero gobiernista como autoridad ministerial. 3 meses pueden servir para el aprendizaje. Sin fondos y con un gobierno al cual solo le importa su poder central (con un ministerio casi impuesto por las circunstancias, sin fondos y sin atribuciones). La renuncia es ahora el único gesto digno de Brack

5.- Asusta que el gobierno aprista intente reprimir la protesta y las fuerzas reaccionarias desaten una cacería de brujas a partir del movimiento. Incluso, han llegado al extremo de plantear la expulsión del cura ambientalista Paul Mc Auley, por indeseable y por ser sindicado presuntamente como instigador del movimiento indígena contra el gobierno. Soberana idiotez. Mc Auley ha sido un constante defensor de las causas de los pueblos orignarios y de la defensa del medio ambiente en Loreto, pero sobre todo, más allá de las discrepancias ideológicas que uno pueda tener con sus puntos de vista, nadie puede negarle honestidad y decencia en la defensa de los mismos. Hay que tener en claro cuando se defienden ideas y cuando se hace subversión (algo que los apristas, a lo largo de su historia, conocen bastante bien). "Expulsarlo" equivaldría a una clarísimo acto antidemocrático y una persecución de ideas.

Link: Ver más en El Utero de Marita, Desde el tercer piso y El Morsa

20 agosto 2008

ALUCINADOS Y NECIOS MILITARES EN LA AMAZONÍA

No hemos tenido la suerte de tener en Iquitos (en la 5° Región Militar) grandes comandantes generales del ejército en los últimos tiempos. Pasando por insignificantes medianías, hasta sinvergüenzas (POLITICOS, precisión posterior, ver más en comentarios de este post al respecto) como Tomás Castillo Meza, Enrique Torrico Urrunaga y las ratas mayores, José Villanueva Ruesta (preso por corrupción y culpable de la muerte de inocentes personas durante los disturbios ocasionados por la firma del Tratado de Itamaraty con Ecuador en octubre de 1998), así como el gangster uniformado Ricardo Sotero Navarro, quien se encargaba de manejar el poder del chantaje y la coima (una de sus legendarias tropelías fue la de alquilar/comprar motocarros y sacarlos a las calles durante los días de huelga general para hacer notar que la ciudad no había paralizado). Esta pequeña gran rata disfrazada de verde olivo ha sido acusada de recibir, entre otra cosas, un millón de dólares de Vladimiro Montesinos a una cuenta cifrada en un banco de Nueva York, manejada, obviamente, mediante testaferro.

Como digo, en estos años muy pocas veces hemos tenido en Loreto un comandante general del Ejército, decente, prestigioso y carismático (sobre todo en comunicación permanente con el pueblo). Pero lo que hace el actual jefe Francisco Vargas Vaca simplemente es un delirio que roza con la estupidez.

Miren el video levantado por radio La Voz de La Selva, sobre las órdenes que tiene el Ejército para repeler las protestas, al menos en la Amazonía.



Aunque no me trago del todo el discursito opositor pobrecitos-los-indígenas (claramente haya elementos político que están azuzando el conflicto amazónico, a pesar de que gran parte de las demandas son justas), sí me parece de una vileza exhibir la fuerza bruta y exhibir brutalidad sonriente. Vargas Vaca anteriormente había demostrado su alma cachaca cuando secuestraron al reportero de LVS, Genaro Alvarado Tuesta, en un hospital del Ejército.

Ahora, esto.

¿Tan alucinados y necios son los militares de hoy?

(Ver más en El Utero de Marita)


ACTUALIZACIÓN (Sábado 13 de setiembre de 2008) : Carta del Hijo del General Tomás Castillo Meza

Hola Paco,

Soy el hijo del General Tomas Castillo Meza. Estuve buscando en Google informacion sobre nuestra familia y encontre tu blog en donde insultas el honor de mi padre y por lo tanto de mi familia.
No se si tus comentarios son fruto de algun resentimiento general contra los militares o si te expresas asi porque conoces a mi padre en persona, lo cual dudo mucho. Digo eso porque si realmente lo conocieras y si conocieras a alguien que fue cercano a el en Iquitos (periodistas, representantes sindicales, sacerdotes, militares, civiles, etc) no creo que te expresarias con esas palabras de su persona. Para quienes conocen o conocieron a mi padre, puedo dar fe que lo consideran un verdadero caballero y un militar de verdad. Recuerdo que el siempre se manejo con sencillez, humildad, era sumamente trabajador pero principalmente se manejo con honestidad y honradez. Mi padre fue un militar con mucha ascendencia y prestigio profesional en las fuerzas armadas que a pesar de haber llegado a lo mas alto en la carrera militar jamas perdio su sencillez y ayudo a muchisima gente con necesidades que en realidad ahora no viene al caso detallar.
Yo, especialmente me acuerdo como si fuera ayer, ya que fui quien vivio con el en Iquitos, que inclusive los sindicalistas de izquierda dialogaban y agradecian su apertura al dialogo y al entendimiento y no a la represion. Durante ese anio que mi papa estuvo en Iquitos me acuerdo que jamas hubo marchas y paros porque existia dialogo y siempre tuvo las puertas abiertas para conversar y dialogar con opositores. Creo que si realmente conocieras el legajo profesional de mi padre no te expresarias con esas palabras de el.
Te escribo este email de la manera mas educada para preguntarte por favor que retires su nombre de tu blog o que al menos rectifiques lo que mencionas por el ya que ya que mancilla nuestro honor como familia ya que el es nuestra cabeza mayor. No te imaginas el carino que le tenemos a Iquitos y las gratos recuerdos que tenemos en nuestra familia de nuestro paso por esa ciudad, no creo justo que te expreses asi de el sin fundamentos logicos. Si tuvieran tus comentarios realmente algo de veracidad,tu crees que te estaria escribiendo este e-mail?
Entiendo que puedas tener opiniones fundamentadas respecto a otros generales del ejercito, pero si tienes ese concepto de ellos, no debes generalizarlas y menos con respecto al apellido de mi padre.

Gracias y espero puedas hacer las rectificaciones del caso y que reflexiones sobre lo escrito.

Juan Jose Castillo Lozada


RESPUESTA DEL ADMINISTRADOR DEL BLOG:

Hola Juan José:

Gracias por tu comunicación. Saludo el gesto democrático de las palabras que manejas en la misma.

Ante todo, he tomado nota de tu pedido y debo hacer las siguientes precisiones:

1.- No tengo la menor intención de injuriar al General Tomás Castillo Meza. No me interesa ni tampoco es el compromiso de mis textos hacerlo con nadie. Especialmente cuando de la honra y dignidad de las personas se trata.

2.- En ningún momento pretendo hacer un simil entre la conducta política del general Castillo Meza y su actividad profesional o su trayectoria de honestidad. No puedo porque no tengo ningún indicio que me permita dudar que hizo malas maniobras para enriquecerse ilícitamente (y porque la justicia no ha efectuado ninguna sentencia al respecto). Eso deseo que quede bien claro y no es intención del blog que administro. En todo caso, una vez más lo reitero y debo incidir para que no se malinterprete.

2.- Lo que sí hice en el post de mi blog que mencionas y ha hecho que te sientas -innecesariamente- aludido, es cuestionar la deshonestidad política del General Castillo Meza, al apoyar al gobierno ilegal, autoritario y cretino de Alberto Fujimori, al brindarle el soporte logístico y el peso institucional para que se consolide la entraña autoritaria que luego devino en corrupción generalizada dentro y fuera de la institución de la que tu padre fue miembro activo. Sí creo, firmemente, que el General Castillo, por acción u omisión, formó parte de esa red y, lo más importante, nunca zanjó diferencias ni hizo el menor gesto crítico con el mismo. Mi opinión -como la de cualquier ciudadano amparado en el derecho constitucional de la libertad de opinión - es que el General Castillo no fue honesto políticamente hablando al defender con tanto ahinco y sospechosa convicción los latrocinios del fujimorato.

3.- Debes saber, porque asumo que eres lo suficientemente maduro para reconocerlo, que el General Castillo Meza formó parte de una cúpula militar que le brindaba coartadas a Valdimiro Montesinos para que impusiera sus arbitrarios dictados. Nunca hubo siquiera un gesto del General Castillo Meza - público, al menos - que rompiera con esa nefasta tradición , que tanto daño le hizo no solo al Ejército, sino a todo un país. ¿Qué pasó, estimado Juan José? ¿Fue un error? ¿Fue un acto deliberado? ¿Fue una prebenda oficial? ¿Qué significaron todas esas manifestaciones de sujeción al poder asquiento que ya emepzaba a conocerse a través de los medios de comunicación no comprados por la dictadura? Ahora sabemos, mi estimado Juan José (aunque no desees admitirlo), que los métodos para acallar paros, huelgas y demás no tenía necesariamente que ver con el diálogo y la convergencia democrática, sino con métodos más sombríos y nefastos

4.- No podemos decir que el General Castillo Meza pudiera desconocer algo tan grave que pasaba en su institución. Porque él estuvo hasta las últimas consecuencias dentro de la cúpula (tanto que ahora afronta procesos por decisiones que tuvo a su cargo durante el mismo, como en el caso de la Operación Chavín de Huántar). El General fue nada menos que ¡Ministro de Defensa! de un régimen podrido desde todos los cimientos. Hubo oficiales que sufrieron persecuciones y vejámenes de la cúpula en la que se encontraba el General Castillo Meza ¿Ellos recibieron el resarcimiento necesario por esos tratos y esa actividad directa y malsana?

5.- De ningún modo insulto el honor de tu familia, tampoco creo que deban las familias pagar los platos rotos por los desaciertos ideológicos o políticos de sus miembros. Es más, siento que a través de esta comunicación podemos indicar que, más allá de las discrepancias (y de las aclaraciones que hago a través de este comentario (que haré público en mi blog), siento, más que nunca, que tú eres una persona respetable y tolerante que me merece el mayor respeto personal.

Entiendo que la memoria y el honor del padre es un asunto que merece el mayor de los respetos y en ese sentido cualquiera haría lo mismo. Y en ese sentido, un simple ciudadano como yo también tiene el derecho de cuestionar las actitudes públicas poco enaltecedoras de personajes públicos que tuvieron tanto ascendiente en nuestra región en alguna época y no hicieron mucho por defender el Estado de Derecho de los maginicidios de Fujimori y Montesinos.

Saludos cordiales;

Paco Bardales

CONCURSO DE PAJAS

Por: Enrique Dávila (Ikitozz City)



Han pasado 5 años desde la última vez que vimos a Johana. Dos jóvenes fumando como desempleados en pleno aeropuerto esperando a la viajera de turno. El vuelo Santiago – Lima – Iquitos se retrasó y no nos queda más que matar el tiempo.

Hace una semana que Daniel llegó a Iquitos. Estuvo cinco años viviendo en Arequipa y a pesar de eso no ha cambiado en nada. La misma mirada picara, el mismo gesto despreocupado, el mismo flaco de mierda. Comienza a reír sin motivo, tanto que el humo del cigarrillo lo asfixia. Siempre ha sido raro, pero al ser uno de mis mejores amigos tuve que acostumbrarme a sus excentricidades. Saca un pañuelo con demasiada loción, “Oye recuerdas cuando hacíamos concurso de pajas”. Y en verdad que ese comentario detonó un conjunto de recuerdos con aquellos amigos, porque tanto Johana como Daniel forman parte importante de mi pasado.

Nos conocimos a los 15 años en las aulas de la Roshaca y rápidamente nos hicimos amigos. Johana siempre fue una niña bonita, bastante peculiar, de cabello en el rostro y demasiado rímel en los ojos. No era la típica princesa delicada, más bien era bastante abierta y bromista. Daniel siempre ha sido el típico flaco despreocupado de mierda – no encuentro otro adjetivo para describirlo –, sin complicaciones y soñador.

Ese primer año nos compenetramos a tal punto que hacíamos todo juntos, desde escaparnos del colegio para ir a la playa hasta realizar el ya famoso concurso de pajas, con Johana como jurado. En esos días hacíamos muchas promesas; la que más recuerdo fue acerca de la infidelidad. Johana consideraba a la infidelidad un acto estúpido y ordinario. Nos hizo jurar que jamás seriamos infieles físicamente; porque cualquiera es infiel mentalmente, cualquiera puede follar en sueños a quien quiera, desde Paola Portocarrero hasta Monica Bellucci.

A los 16 ambos nos enamoramos de Johana, fue entonces que comenzó una competición abierta entre Daniel y yo donde hacíamos lo posible por estar a solas con ella y mostrar nuestro mejor galanteo. Después de tres meses de hacer lo posible por enamorarla recibí la primera y mas grande choteada de mi vida, pero alguien tenia que perder y juramos no dejar de ser amigos sea cual sea el resultado. Deje de andar con ellos y, valgan verdades, tardé casi un año en recuperarme. Nuestra amistad peligró bastante. En cambio el amor entre ellos, se hizo más fuerte.

Pero un día desperté y me di cuenta que ya no me afectaba tanto, eran mis amigos y los extrañaba enormemente.

A los 17 entramos a otra etapa de nuestras vidas, la de las relaciones sexuales. Particularmente yo tuve un sueño donde estaba acostado en un campo verde con un sol radiante, y mi pene me hablaba “oe, ya pe, ya es hora de que me uses como se debe”. Fue un sueño algo extraño, pero me dejó pensando; es verdad que hasta ese momento todo eran pajas y no tuve la necesidad fuerte de debutar. Se los comenté y como si estuviéramos conectados ellos sentían lo mismo. Llevaban un año juntos y hasta ese momento todo eran besos, abrazos y toqueteos. Pero ambos llegaron al acuerdo que follarían después que yo lo haga, claro esta que después de querer estar con Johana no traté con ninguna otra, asi que no tenía novia ni postulante cercana. Como la necesidad de ellos de follar era grande y de verdad querían esperar a que yo lo haga primero me ofrecieron acompañarme al prostíbulo “vamo’ pa el chongo”.

No se cómo terminé aceptando, creo que fue el golpe de hormonas que me atacaron de improviso o el miedo que en otro sueño mi pene me recriminara cosas. En verdad estuvieron conmigo, aun cuando los parroquianos miraban con morbo y vergüenza a Johana ella no dejaba de alentarme. Al final me anime por una morena de lindo trasero. Entre al cuarto de fuerte luz roja donde me moría de calor. Estaba nervioso. La meretriz fue amable conmigo. Su aliento era de fuerte nicotina y estaba algo panzona pero fue un ángel conmigo y comprendió la situación al instante. Mi primera vez no fue mala pero tampoco fue la mejor.

Ahora le tocaba a ellos, la idea era que los acompañe hasta las puertas del telo, pero por cosas del destino a Daniel se le cayeron los soles que tenia y yo había gastado lo poco en el chongo, pero ambos querían debutar asi que buscaron una solución práctica, ir a follar a la plaza Ramon Castilla.

Aunque en principio me negué, no pude con sus razones. En la plaza hay un pequeño muelle de cemento y cuando el rio Itaya esta bajo se forma un enorme campo verde. Entre el morbo y cobijados por la oscuridad se desnudaron y comenzaron a consumar el acto. Frases como “oe ¿cómo se pone esta vaina?” (refiriéndose al condón), me hacían reír. Tuve que hacer de campana y lamparín, cuidando que nadie los descubra, tuve que aguantar verlos follar por un rato, escucharlos reír y gemir a la vez.

A partir de ese momento se abrió una caja de Pandora. Ellos trataban de tirar en los lugares menos pensados y yo los acompañaba casi por costumbre, desde el baño de una gasolinera hasta en la huerta del vecino. No sé cuántas veces los acompañé, pero era tan natural para mí que hasta conversábamos mientras lo hacían. Recuerdo que una noche no había nadie en la casa de Daniel, alquilamos una película y preparamos pataconas. Estabamos en la sala y en plena trama se les dio por tirar, tanto así que no me dejaban ver la pelicula. Al final me fui a terminar de verla en el cuarto, al rato escuche un ruido fuerte y encontré a Johana en el suelo sosteniéndose la cabeza y lamentándose de dolor “es que queríamos inventar una nueva pose que no esté en el kamasutra…” quise reírme pero Johana estaba por llorar.

En ese tiempo yo comencé a salir con algunas chicas y me chotearon infinidad de veces. Cuando estaba de enamorado eran relaciones sin importancia y sexo esporádico. Eran buenas chicas pero en cuanto les mencionaba para follar en campo abierto o al lado de mis amigos, me tildaban de degenerado y terminaban conmigo. Es que deseaba la misma libertad y locura de Johana y Daniel.

Hasta que apareció Fiorela. Debo reconocer que me enamoré de ella. Me gustaba demasiado y ya estábamos 6 meses juntos. No necesitaba hacer cosas raras, me gustaba estar a su lado y tener una relación sexual normal. Pero ,como pasa a veces, un dia descubrí que me engañaba, fue fácil darse cuenta cuando la encontré follando en el baño del comedor de la UNAP. Me sentía ofendido y recuerdo que esa noche después de mucho tiempo volví a soñar que mi pene me hablaba, pero esta vez se explayó mas. Tocó varios temas, desde familia y los amigos hasta el amor y la traición. Al despertar de inmediato escribi a mano una carta para ella “Cronicas de un pene ofendido: porque nosotros también tenemos sentimientos” como si fueran los monologos de la vagina expuse lo que se me fue revelado en el sueño. Pero el tiempo cura las heridas y no tardé en recuperarme.

A los 19 años Daniel tenia que irse a estudiar a Arequipa y la familia de Johana se mudaba a Santiago de Chile. Fue un duro golpe para nuestra amistad. Unos días antes de partir ellos terminaron su relación de tantos años. Esa noche ella apareció en la puerta de mi casa, mis padres no estaban y como en un sueño, termine haciendo el amor con mi amiga Johana entre sabanas blancas y escuchando a Jon Bon Jovi. El mejor sexo de mi vida.

Pero esos son solo recuerdos, ahora que han pasado 5 años y una ciudad mutante, ambos regresan al nido. El avión desciende y Johana no tarda en aparecer ante nosotros, nos da un fuerte abrazo, ya no tiene el cabello en el rostro y el rímel no es exagerado.

Caminamos un poco nerviosos por el tiempo que pasó, pero ella sonríe y comenta “ya pe, un concursito de pajas”.

18 agosto 2008

Un corto loretano de pre-adolescentes

Este es un verdadero hallazgo charapa del Youtube. Un pequeño cortometraje artesanal y ultra casero, hecho aparentemente con cámaras de baja resolución, por pre-adolescentes, en parajes turísticos cercanos a Iquitos.

El cortometraje - modesto pero pujante - de estos chiquillos osados y conchudos (en el buen sentido de la palabra), dirgido por Johnny Taira Custodio, se llama Iluciones (sic), y según propia confesión está inspirada en la leyenda del chullachaqui. Es involuntariamente graciosa, pero es hasta tierna (esa suerte de monstruo selvático enfundado en una máscara carnavalesca de primate monstruoso podría calzar perfectamente en cualquier antología de lo inefable fílmica). La historia, por su desarrollo, guarda un esquema narrativo que busca emula la que mostró el cortometraje Chullachaqui (2006), que llevó 15 mil espectadores en 4 semanas de proyección comercial al Multicines iquiteño.



De algún modo, la fiebre audiovisual ha calado hondo en las nuevas generaciones.

Bien por eso.

Un puñado de imágenes para Iquitos (II)

1.- El documental Los árboles tienen madre, dirigido por el escritor y realizador colombiano Juan Carlos Galeano, narra en 71 minutos la búsqueda constante de la realidad, pero al mismo tiempo el fabuloso desencuentro del mito con la cotidianidad. Hay una escena particularmente notable. La cámara se mantiene estática. Frente a ella, aparecen dos personas: Una mujer, de edad adulta, claramente estropeada por la angustia y la vida, mira al suelo. A su lado, un hombre mayor, en pantalones cortos, fuma un mapacho. Ambos están sentados, sobre una mecedora. El hombre es un brujo chamán, que indaga dentro de lo intangible y el extramundo por la suerte del hijo de la mujer, extraviado y sin paradero fijo. Algunos creen que se lo ha llevado el chullachaqui. Otros creen que los yacurunas se lo han captado para sus fines y se los han llevado hacia las profundidades de los ríos. El hombre dice que el chico está bien, en otra vida, junto a personajes extraordinarios. La madre no sabe qué decir. Inmediatamente, planos generosos del Pasaje Paquito, la feria ambulante de pócimas para el amor y productos afrodisiacos más famosa de la Amazonía, encierran un nuevo mundo que poco a poco se va descubriendo, se va entendiendo, se va queriendo (pero, quizás, muy en el fondo se respeta con reverencia y algo de temor).

2.- Christian Bendayán no solo ha sabido captar parte del universo y la cosmovisión popular amazónica a través de sus cuadros, sino también ha incursionado en el mundo audiovisual, retratando personajes que tienen una historia, que tienen una mirada, que tienen una agenda en su cabeza. No son seres perfectos y tampoco son Miss Simpatía (¡cómo si importara eso a estas alturas del partido!), pero representan la cara más intensa, berraca y sincera del arte y la personalidad iquiteña. Bendayán, cinéfilo irremediable, ha dirigido dos cortos documentales que valen como cara y sello de su obra: Los tigres del pincel, donde Lewis Sakiray, Piero y Lu.Cu.Ma, artistas de la calle, de letreros y pintas callejeras, se muestran en todo su esplendor (escaras, tajos, dientes ausentes) y toman posición sobre la pintura (con colores que te golpean en el rostro) y, Altar, donde César, un chico que de día es estudiante de Bellas Artes de la ciudad y de noche es una mariposa travesti, que sale a divertirse con sus amigas (la escena en El Refugio, donde las chicas bailan Blind de Hercules & Love Affair es simplemente impagable), pero, muy en el fondo, busca volver a recibir el cariño de su madre y su consentimiento afectivo. Calles iquiteñas, gente jugando vóley en la esquina de sus barrios, bares fosforescentes, mujeres exóticas y hombres irredentos, música tropical. El mundo de Bendayán, en nuevo formato.

3.- Dentro de la variada gama de cortometrajes que se han realizado en Iquitos en estos tiempos figura, Aún nos queda media vida, producido para un curso de video de la UPI. Aunque el producto, dirigido por Ramiro Pollack, a pesar de su esfuerzo (y el de todos los muchachos que hicieron posible esto, en especial de su productor Paulo Bicerra), haya logrado solo un resultado contradictorio, sin embargo tiene imágenes de Iquitos que la hacen especial: una toma constante en el bar Níkoro (que posiblemente sea uno de los locales nocturnos más especiales de la ciudad) y una imagen de acción en el jirón Próspero, en medio de la nada, que le dan aire de novedad y validez a un producto que posiblemente en el futuro vaya tomando más fuerza y calidad. Eso quiero creer.

4.- Los cortometrajes de La Restinga siempre me han generado sensaciones encontradas. Sin duda, los editores del taller Kino Iquitos, Leo Ramírez y Fabricio Linares, son de lo mejor que existe en la ciudad. Y fueron ellos quienes tuvieron participación en el primer – imperfecto – corto que produje, allá el 2005, con el apoyo de los chicos del taller de periodismo escolar que contribuí a fundar, titulado Cardenal: historia de amor en el cosmos. Allí recuerdo un largo plano secuencia que pasaba del Boulevard, en la noche, a un travelling alrededor del cuartel Vargas Guerra, mientras Luz Casal cantaba Un año de amor (demasiado power, para mí) Nuevos productos, dirigidos por Puchín y otros, se han estrenado, siempre bajo la atenta mirada de Leo y Fabricio, además del concurso de nuevos entusiastas y talentosos jóvenes como Keylita Silvano y Luis Chumbe. Prueba de ellos son los Chikometrajes, además de particulares exhibiciones como Mi isla La Restinga y Lo que llevó dentro de mí. Pura urbe.



5.- Aún nadie la ha visto, pero igual, todos tenemos interés por volver a ver la imagen idílica y cauchera de El lugar donde estuvo el paraíso, basada en la novela homónima de Carlos Franz, que se rodó a principios del 2001 en Iquitos y tuvo como protagonista principal a Federico Luppi. Aunque todos han dicho que es mala, una cosa es que te la hayan dicho y otra, muy distinta, sentirla desde el terreno de la arbitrariedad, desde los espacios que has vivido, desde las plazas que conducen a tu casa. Digamos, de una manera, por más que sea una mala cinta, cuando hablan de tu ciudad, siempre tendrá algo que tendrá validez. Y eso no es patrioterismo o chauvinismo o sentimentalismo. Eso se llama afecto, por todo lo que alude a ese sitio que tanto fuego te produce.

6.- Fuego te produce, también, la ciudad, captada desde el aire, las casa con las calaminas oxidadas, el Amazonas al lado, la Iglesia Matriz serena, el sol del mediodía. Fuego, te produce también mirar la procesión del Niño Jesús de la Caja y la música especial, sacra, operática, sinfónica y deslumbrante que precede a la noche repleta de lucecitas sobre el Mercado Belén. Fuego, finalmente, te produce mirar a todos los personajes a quienes la sociedad de uno u otro modo dejaría de lado, triunfando en un canto coral, al ritmo del grupo Explosión. Eso, y mucho más, mucho más sabor, color, alegría y revelación, será el documental Amazónico Soy, dirigido por José María “Chema” Salcedo y producido por Jaime Vásquez, a ser estrenado el 11 de setiembre en el Multicines Star de nuestra ciudad, con ocasión de la V Semana del Libro organizada por Tierra Nueva. El rostro de Iquitos, mostrado por sus propios habitantes. Una imagen audiovisual indeleble en nuestra memoria.

Link: Un puñado de imágenes para Iquitos (I)