07 junio 2008

DIARIO DE LOS MUERTOS

George Romero, maestro indiscutible de las películas de terror; siempre se las ingenia para contarnos metáforas sociales a través de sus filmes, los cuales usualmente explotan el género a través de la presencia de los muertos vivientes (o mejor conocidos como zombies).



Diario de los Muertos, sú último film, no se aleja de esta tradición. Esta vez, los zombies aparecen en medio de un panorama global infectado con la dependencia absoluta por los mass media, la televisión, el internet y el fenómeno de grabarlo todo a través de una cámara. Un grupo de estudiantes de cine se encuentran grabando una película amateur y en medio de ello se encuentran con un panórama en el cual el país se ha paralizado totalmente con la nueva amenaza global de personas que mueren y vuelven a la vida convertidos en depredadores de la raza humana. El panorama es apocalíptico y desolador. Y en medio de todo, uno de los estudiantes, involucra a todos sus compañeros en la aventura de documentar el caos. Las consecuencias pueden ser muy buenas para su cuenta de Youtube, pero terribles para la supervivencia del grupo.

Aunque es conocido el humor corrosivo de Romero, creo que en esta oportunidad su visión satírica de los problemas que él representa dentro de un microcosmos es alucinante. He sentido que los zombies son en verdad el pretexto perfecto para jugar con otros temas, que Romero desmenuza y hace trizas. Lo más claro es su visión irónica y desencantadac de la sociedad. Al final uno termina preguntándose hasta qué punto la tecnología podrá ser imprescindible y saludable para un sociedad enferma como la nuestra. Al fina uno se pregutna si serán los blogs el sustituto ideal de los medios masivos, cuando estos ya no sirvan como vehículo informativo. Al final, uno termina preguntándose si vale la pena que la humanidad pueda ser salvada.

La péli, sin ser lo mejor de Romero, me ha gustado, y he sentido que su vasto trabajo se enriquece con una nueva arista que le encuentra a la temática zombie. Además, me he reído mucho y he sentido unos cuantos buenos encontronazos de susto. El maestro es el maestro, no hay más que decir.



Recomendable.

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