13 mayo 2008

QUE TE PERDONE DIOS, DEYVIS OROSCO (UN AÑO DESPUES)


Vía el muy interesante blog Santa Lima, de Juan Manuel Robles, algunas de las sesudas reflexiones de Deyvis Orosco, el galancito de moda, sobre aquél día fatal de la tragedia de Buenos Aires, donde los integrantes del grupo Néctar,incluyendo su padre, Jhonny, fallecieron en un horrible accidente de tránsito, exactamente hace un año atrás:

¿Cuándo viste a tu padre por última vez?
Mi última conversación fue cuando fui al aeropuerto, cuando fui a despedirlo. Lo dejé, nos despedimos. Fue un miércoles. Tenía shows todo ese fin de semana, el domingo acababa la gira, los pasajes de retorno estaban para el día martes o miércoles. El no quería quedarse mucho. En el aeropuerto estábamos los chicos que trabajábamos con él. La familia del grupo Néctar.

¿Donde estabas cuando recibiste la noticia?
En mi casa, en Collique. Me llamó un amigo que trabajaba con mi papá, era parte del staff. Fue muy duro. Me llamó al celular. Yo estaba durmiendo, eran como las seis de la mañana, me había quedado hasta tarde en la computadora. No me había podido comunicar con mi papá desde su viaje. Me habían dicho que llamó a la casa para ver cómo estaba mi hermano, cómo estaba mi mamá, ¿Y Deyvis? Él ha salido a hacer sus cosas, le dijeron. No me importó demasiado, él iba a regresar
en menos de una semana.

¿Qué te dijo la persona por teléfono?
“Por favor, Deyvis, dime que no es cierto”. Yo le pregunté: ¿Qué cosa, qué cosa no es cierto? Loco, ¿que pasa? ¿Qué pasa, cholo? Deyvis: ¿no estás viendo las noticias? Le dije que no. Me respondió: tú viejo y los chicos han tenido un accidente… y que todos han fallecido, eso dicen. No lo asimilé, le dije que no hablara tonterías. Pero prendí el televisor y es ahí donde vi todo. Los flashes en todos los canales.

¿Fue la confirmación?
No, porque decían que un grupo peruano aparentemente había sufrido un accidente, pero no había nada confirmado, no se hablaba de nombres. Se hablaba de un grupo.

¿Qué hiciste?
Empecé a buscar el número de mi papá en Buenos Aires. Pero en ese
momento no tenía línea para celular, así que salí a un teléfono público. El
teléfono está a una cuadra de mi casa, salí en silencio porque no quería
despertar a mi mamá. No quería creer nada. Decían que era un accidente de un grupo peruano muy exitoso pero nada más.

Y llamaste…
Primero subí a donde estaba el teléfono, es una calle empinada. Habré marcado un minuto y no me contestaban. Bajé ya un poquito nervioso. Cuando volví, mi casa era un mar de gente. Una multitud.

¿Allí ya lo asumiste?
No, no entendía qué pasaba. La gente de frente me preguntó si era cierto. Algunos ya lloraban y me daban el pésame. Estaba confundido. Como te digo, yo no había visto ninguna confirmación y no quería creerlo. Y entré a mi casa, lo primero que pensé es en mi mamá, mi vieja: con esta gente mi mamá ya se despertó. Subí y mi mamá estaba levantada. Yo quería decirle que había un accidente pero que no había nada confirmado. Pero para en la televisión ya estaban pasando la relación de los nombres. Trece personas. La cabeza de la lista decía “Jhonny Orosco”.


Más allá del natural y comrpensible dolor por la muerte de una persona muy cercana y querida (narrada de modo dramático y conmovedor líneas arriba), yo tengo una percepción crítica sobre la muy cuestionable actitud de Deyvis luego de la tragedia. Toda su parafernalia se concentró en aprovechar - consciente o inconscientemente - el momento. De un momento, todos los flashes, cámaras y micrófonos concentrados en él. El ambicioso de la familia tenía su oportunidad. La mayor parte de su éxito marketero (incluyendo su participación en una telenovela digna del olvido) parte de que supo asumir que Jhonny era un producto, y el era el recambio. La gente (ávida de héroes populares dentro de una sociedad muy excluyente) lo adoptó como el sustituto. Suena duro, pero de no haber pasado lo que pasó, es posible que Deyvis seguiría siendo un chiquillo en busca de fortuna en el mundo de la cumbia (u otros mundos menos edificantes), sin mayor brillo (su talento para las artes que pretende desarrollar es pobre) pero con mucha iniciativa para tranzar. Orosco Jr. no se ha hecho paltas y ha jugado su partido, subido sobre la lápida de su viejo y ha logrado un protagonismo a base de verse en dicho espejo. Ha logrado mil y un oportunidades mayores que los que tuvo Jhonny, lo cual no habla tanto de su capacidad para crear música, sino su habilidad - y la de sus managers - para generar plata con su imagen (y la de los muertos ilustres que lo preceden).

Pero, en honor de la verdad, no solo Deyvis ha aprovechado aquel fatal destino del padre y sus patas. La nueva hornada de grupos cumbiamberos ha tenido un crecimiento astronómico. La mescolanza, como era de preverse, ha agrupado a buenos y malos en un mismo saco. Obviamente, el cuestionamiento - o más bien el manifiesto desconocimiento o ignorancia - que
sectores informativos, clases pretendidamente intelectuales y la elite social mostraban por un género musical (que ellos consideraban populachero, corriente o intrascendente) fue relajándose tanto, que los diversos representantes de su sentir, (tantos buenos, como malos) tomaron por asalto el dial. Y la calidad ha perdido mucha fuerza. Y los estafadores han campeado. Y el oído musical ha debido ser más selectivo. Porque la oleada ha venido con mucha fuerza.
Donde el año pasado se escuchaba reggaetón, ahora se escucha cumbia. Tres programas sabatinos vienen disputándose en el mismo horario los favores de la movida, con payasadas y calateos incluidos. La irrupción de Kaliente o el Grupo 5 como animadores inspirados de las fiestas de todos los sectores sociales se ha manifestado hasta el hartazgo. Tongo - la versión más bufonesca del fenómeno - ha ido adueñándose de las pantallas de televisión. Tras de ellos, como una letanía, las radios seguramente hoy le darán sentidos homenajes a los caídos programando "El Arbolito" cincuenta y seis veces. La moda total, en otras palabras. El encumbramiento absoluto, sensorial y total del género como manifestación absolutamente válida per se. Y también ¿por qué no?, una oportunidad para que varios estudiosos, varios medios y varios espacios antes negados (como la televisión, donde las miniseries sobre Los Shapis y la misma participación de Deyvis como protagonista de La Pre lo confirman), se ganen un alguito extra de fama o de dinero.

Creo que el accidente de Néctar abrió los ojos a un Perú oficial siempre adormilado y renuente a mirar la realidad. les hizo ver que existen personajes y hechos que desatan fenómenos y pasiones mayoritarias que aún no habían sido incluidos en el itinerario de las portadas sexys y en los set de los medios de comunicación fashion. Estos fenómenos perviven desde mucho tiempo atrás. Claro, para los avezados que han visto en él una veta comercial importante, la vida es feliz, totalmente feliz porque la están haciendo linda (miren sino al Vocé en el concierto de
Juaneco y su Combo, totalmente diferente a los cuatro gatos que tenía en otros lugares de Lima cuando se presentan). La magia del marketing. También sirve para no envanecer exageradamente a ciertos representantes populares cuyo talento o propuesta es mediocre o malo. Porque, recordémoslo, la apertura ha permitido también que muchos se enteren que la vida de la burguesía oficial y de los grupos aspiracionales no se distinguen mucho en cuanto a valores y paradigmas sobre cómo entender las reglas de juego del país. La pendejada, el arribismo, la hipocresía y las apariencias también son atributos en todos los espectros. Y el show pide que haya notas musicales de este vuelo. Querrámoslo o no, detrás de varios fenómenos populares se encuentran la mano de un productor o un empresario avispado y angurriento moviendo los hilos de algún personaje también angurriento (como Deyvis, por ejemplo). Nada que nos sorprenda, sin embargo. En el mundo de la cumbia también se cuecen habas (de todos los tamaños). Y tampoco estamos habitando el mejor de los mundos (sino, que se lo pregunten a todos los músicos antiguos y todos los recientes, de todos los géneros, que aún sufren penurias por dedicarse a componer e interpretar sin el apoyo de un sponsor como la Telefónica).

En medio de este festival de cutra, aprovechamiento insincero, tráfico de memorias póstumas, aunque parezca mentira, de lo que menos se ha hablado es que ahora podemos darnos cuenta de ello a nivel macro. En esto también reside una de la lecciones primordiales de la prematura desaparición de
Jhonny Orosco, un pata con talento para la melodía sencilla, pegajosa y melancólica que parece pasar desapercibido ante la irrupción de cualquier cosa "cumbiambera" o que, por el otro lado, se pretende destruir el valor del género por disquisiciones seudointelectuales y desafortunadas, que no vale la pena discutir ni tener en cuenta. Solo la buena música, a fin de cuentas.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo creo que el tal Deibis no tenía ni la más puñetera idea de lo que le iba a pasar: que le llovieran las propuestas para armar tonos (negocio que ha tenido que aprender de su padre, forzosamente), y, además, las propuestas de esos libretistas de televión que lo han llevado a tocar el cielo de choliwood.

Me extraña que te arañes con esta actitud (no podía ser otra) del susodicho, lo único que ha hecho es mandarse ya que le abrían la puerta. Por lo menos, ni cojudo ni escrupuloso es, y ésa es la esencia del "choubisnes" made in Perú.

Acá hay un importante papel de los medios que a fuerza de repetir machaconamente la tragedia de su grupo han creado y engendrado (como se crean algunos futbolistas) este protoastro de la televisión nacional y quien sabe si también del cine (nacional se entiende).

Además, tu opinión no es muy coherente pues, hace poco, tú mismo (al alimón con P&C)prácticamente han entronizado en los altares regionales a esa tempranamente desaparecida joven bailarina de cumbia, como "santa Alice", creando un buen ambiente para que el dueño de su ex-grupo tal vez decida hacer algunos bailongos, bajo el pretexto de recordarla u honrarla, para ganarse un billetito extra (ya sé que aquí va a saltar algún paisano, pero desde ya digo: contra!).
Saludos
A.l.

Paco Bardales dijo...

No, señor:

Recuerde usted el post:

"Santa" Alice Vela. Era una respuesta a la ola de movidas que se ha generado en torno de la figura de Alice. Auinque yo tampoco estuve en Iquitos esos días, he visto los videos del entierro. Fácilmente no se ha visto algo así desde la muerte de los afectados por el 24 de octubre de 1998. De todos modos, no puedo dejar de pensar que las figuras populares no pueden tener una explicación racional por hechos aparentemente emotivos o pasionales que se presentan en determinadas circunstancias.

Mi post iba más bien en el sentido de tratar explicar el por qué del fenómeno Alice. Para muchos es simplemente la mujer más especial del mundo. ¿Por qué? Porque era popular y bailaba en la agrupación más exitosa de la ciudad. Solo por alegrar con sus movimientos a muchas personas, esas personas le tienen un cariño y una ley especiales. Es una nueva religión, aunque suen exagerado

Yo no creo en ello, y más bien mi post tenía la ironía para tratar de tocar el tema con cierta ligereza (incluso el "santa" entre comillas).Son fenómenos de masas. Pero creo que es importante entenderlos primero, incluso para ejercer la crítica.

Alice era tan popular en Iquitos como Jhonny Orosco lo era a nivel nacional.

Pero Alice aún no tiene un Deyvis que trafique con su memoria.

Puedes estar seguro que si emepzamos a ver ello, igual lo criticaremos como al Bomboncito de la nueva cumbia.

Saludos

Anónimo dijo...

Comillas más allá o más acá, encuentro incoherencias en cada uno de estos párrafos:


"...El ambicioso de la familia tenía su oportunidad. La mayor parte de su éxito marketero (incluyendo su participación en una telenovela digna del olvido) parte de que supo asumir que Jhonny era un producto, y el era el recambio. La gente (ávida de héroes populares dentro de una sociedad muy excluyente) lo adoptó como el sustituto." ("Que te perdone dios...").

Y éste:

"...El pueblo determino el veredicto. La música popular loretana estaba de duelo y despedía a su bailarina de ensueño con todos los honores y el cariño - fingido o natural - que se preveía. Mar de gente en las calles, transmisión en vivo y en directo, cordones de seguridad alrededor del cementerio, la consagración en todos los círculos sociales de un personaje (también la reivindicación) que en vida solo hubiera pasado como una chica más de las tantas que viven en Iquitos y anhelan un día ser parte del elenco de baile de la agrupación musical más popular de la Amazonía..." (""Santa" Alice...)

Saludos
AL

Paco Bardales dijo...

La realidad nunca suele ser coherente, mi estimado.

No entiendo por qué la música tendría que serlo.

Y tampoco desde acá somos infalibles.

Reclamo ser falible e incoherente.

Un abrazo