21 mayo 2008

¡APAGA LA LUZ!

Por: Gino Ceccarelli

Imagen: El baño de la luna (Gino Ceccarelli, 2008)

-¿Te acuerdas del FICA? En ese Festival Internacional de la Canción Amazónica tuve también un romance...

Me había encontrado con Iván C. en Pucallpa después de muchos años. Sentados en la vereda de su casa se había puesto nostálgico y de su boca salía todo tipo de recuerdos. Su padre había sido un gran artista y su madre una nativa machiguenga. Desde niño hizo todo tipo de trabajos hasta que se volvió fotógrafo cuando uno de sus hermanos mayores que vivía en Lima le regaló una cámara fotográfica.

Efectivamente, en uno de los Festivales de la Canción Amazónica lo contrataron como fotógrafo para una revista local.

-Todo salió bacán- siguió contándome, -y la noche de la clausura repartieron harto trago. Fue allí cuando la Betsabé se me acercó. Ella era una fotógrafa profesional que la habían enviado de Lima para cubrir el Festival para una gran revista.

-Hasta ese momento no me había dado cuenta que la gordita existía- me dijo exhalando una bocanada de humo de su mapacho.

Iván siempre fue muy tímido y hasta inocente con las mujeres. Esa tarde, entre aguardiente y mapachos había decidido hablarme de sus conquistas.

-La Betsabé tenía su pelo claro, ojos azulitos y su cuerpo era bien redondito. Yo estaba tomando mi whiskey y vi que me miraba. Yo también la miré, luego se me acercó y me dijo:
-“Hola guapo, soy Betsabé”
-“Yo me llamo Iván”
-“Salud Iván!”
-“¡Salud!”

-Seguimos tomando y conversando, ella bebía rápido y me obligaba a tomar a su ritmo. Después de varios vasos me miró fijamente a los ojos como una pantera:
-“¿Por qué no vamos a mi cuarto en el hotel y nos tomamos un Whiskey los dos solitos?”
-”Bueno pues”- le contesté.

-Nos fuimos a su hotel, entramos en su cuarto y pidió una botella de Whiskey y harto hielo. Trajeron el pedido y la Betsabé, levantando una ceja dijo:
-“¿Por qué no me sirves un trago Iván?”
-Le preparé su trago y yo también me serví.

-“Salud Iván”
-“Salud”, “glug, glug, glug...”

-Tomamos como cinco tragos y entonces me dijo:

-“Voy a bañarme, no te vayas a ir”
-“Ya pues”- le contesté.

-Entró a bañarse y salió con una toallita que le envolvía su cuerpazo.

-“¿Por qué no te bañas tu también?”- me preguntó.
-“Porque no tengo calor”- le respondí.
-“¡Báñate Iván!”

-Bueno, entré a bañarme y cuando salí con mi toalla en la cintura vi que estaba echada en la cama.
-“Échate a mi lado Iván”

-Me eché a su lado.

-“Salud amazónico”- me dijo la Betsabé.
-“Salud limeña”- le respondí.
-“Apaga la luz, Iván”

-Apagué la luz y de repente siento su changa encima de mi y... prendí la luz.

-Ella me miró con un poco de cólera y volvió a decirme:

-“¡Apaga la luz!”

-De nuevo apagué la luz y otra vez me puso su piernaza encima. Volví a prender la luz.

-“¡Te he dicho que apagues la luz, Iván!”

-Otra vez apagué la lámpara y de nuevo sentí su changa y su brazo en mi encima!

Recién ahí comencé a maliciar, compadre. Ella quería algo conmigo...



2 comentarios:

Anónimo dijo...

jajajajaja recién entonces malició que la Betsabé quería algo con él, pero ¿de dónde sacaste a ese Iván?

Paco, dijiste que Gino iba a postear dos veces por semana y no es así, ¿eh? nos debe por lo menos dos, que pague, que pague...

Anónimo dijo...

ta buena la historia Gino, como siempre. Has pensado en publicarlos en forma de libro?? Creo que gustarìa mucho. Piènsalo, piènsalo...