30 marzo 2008

LAS VENAS ABIERTAS DE LA AMAZONIA DESCONOCIDA

Iquitos celebrando la reincorporación de Leticia al Perú, luego de una extensa disputa con Colombia. Derechos:Allen Morrison, http://www.tramz.com/ (Tomado de Lorito)


José María Salcedo, el “Chema”, me invitó recientemente a su programa de televisión en el canal por cable Plus TV (que se emite este martes en la noche) para hablar de IQT (Remixes) y de la labor editorial y cultural que se viene realizando en Iquitos. “Chema”, gran amigo de la Amazonía, también me comentó sus planes futuros: terminar el rodaje de “Ashaninka” (su mega proyecto fílmico sobre la liberación del grupo indígena de la férula senderista en selva central) y empezar el rodaje de un documental sobre artistas populares y plásticos regionales, que tenga como eje central la labor de La Restinga. Sin embargo, en medio de la conversación, aún pudimos sentir, ambos, una situación de pesimismo respecto de la forma cómo se estaba abordando el fenómeno desde una mirada centralista y excluyente. “El día que la selva se integre al Perú Oficial, este país estará reconciliado”, señaló en medio de la grabación. Yo, rápidamente, lo secundé.

La Amazonía es el gran tema pendiente que varios medios de comunicación y un creciente número de personas e instituciones han empezado a saldar en sus respectivas agendas, a veces de modo bastante amplio y grandilocuente, otra con cierta ligereza entre exótica y no muy grave. Sin embargo, la culpa es un sentimiento presente, pues estamos en el mismo lugar en que esa mirada, súbitamente, nos encontrara aún adormilados y sin un plan de acción real para atacar la creciente demanda de información y conocimientos, por lo menos ya más de una década atrás.

Ha pasado mucho tiempo antes de que haya habido un acercamiento del resto del Perú con la Amazonía. Pero tenía que explotar. La gente se está dando cuenta de ello, no solo en el número de expresiones que se muestran, en el arte, el cine, la literatura, la música y el acervo tradicional. Pero, hay que recordar que lo amazónico sigue existiendo al margen del país. Desde los primeros debates sobre el sentido de la Nación, que tuvieron como protagonistas a José de la Riva Agüero, Víctor Andrés Belaúnde e incluso José Carlos Mariátegui (el pensador comunista que le dedica solo dos párrafos a “la montaña”), la ausencia de nuestro imaginario y nuestra realidad entre la intelligentzia y el ámbito político ha sido clamorosa. De ahí que no les hubiera parecido difícil al dictador Leguía y sus compinches regalar el trapecio de Leticia a Colombia, como si nada. Y lo más dramático es que nadie nos ha entendido ni quiere entendernos desde los mass media (el trabajo se deja a círculos reducidos, ONG sin mucho presupuesto y aventureros que han creado booms efímeros y perniciosos para la salud económica y logística de nuestra región.)

Personalmente, no creo que los amazónicos se sientan mal sobre eso. Pero sí me parece un pecado, sobre todo para los estudiosos y académicos que pretenden explicar o mostrar la realidad cultural peruana, desconocer la Amazonía y todas sus manifestaciones. Hace poco se realizó una entrevista a una antropóloga francesa en la que se define al ayahuasca como un “purgante psicotrópico”, en una supina demostración de ignorancia del sentido mágico y místico y del carácter ancestral de su uso. Las constantes discusiones literarias entre “costeños” y “andinos” ha obviado totalmente a narradores o creadores de esta zona (aún cuando el número de los que podrían ser tomados en cuenta por su calidad, rigor y talento no es muy amplio, hay que ser honestos). La música cumbiambera de antaño se pone de moda en ciertos círculos intelectuales pero como un simple “happening” fiestero, y la agrupación melódica más exitosa de Loreto en la actualidad interpreta inéditos de música norteña.

En verdad, no solo es culpa de los demás. En nuestra mentalidad también existe ese sambenito de que somos una suerte de discapacitados al que el resto debe apoyar sin condiciones, y nosotros solo nos dedicamos a reclamar, a pedir, a exigir, sin plantear ningún programa articulado ni eficiente de manejo de recursos y de exposición de nuestras potencialidades. Como que la pereza y la apatía han permitido que sigamos produciendo cierta mentalidad parásita que destruye el talento y se sirve de lo oscurantista, lo exotista y el asistencialismo burdo para sobrevivir. Solo quienes han desafiado esa cansina letanía y se han decidido traspasar el muro invisible con propuestas de alta calidad y de valor, no solo por la temática sino por la forma, han empezado a recibir, lentamente y a cuentagotas es cierto, atención para ellos y para la Amazonía. Entonces, también es cierto, que a veces nuestra oferta no supera la explosiva y exigente demanda.

Hay una deuda pendiente del Perú hacia la cultura y el devenir amazónicos. Pero también es cierto que debemos ser muy rigurosos y decididos en nuestra inclusión en la agenda nacional. Nuestras venas abiertas podrían seguir desangrándose no solo por el olvido ajeno, sino también por nuestra apática displicencia que impide que seamos conocidos y valorados a cabalidad. Tenemos trabajo pendiente en esta integración.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Loreto y la amazonía tienen una agenda de integración con el país. Lo malo es que quienes la manejan, desde lejos y despreciativamente, nunca harán nada por la región. Por otro lado, nuestros políticos locales, sin excepción (incluídos aquellos que pertenecen a la neointeligenzia regional), están incapacitados -moral é intelectualmente- para elaborar y tomar una acción común que entronque la reinvindicación económica con una verdadera política social.Ojalá que la juvntud loretana, tome nota de ello y arrase a todos esos políticos oportunistas, menos que mediocres, imponiendo una nueva concepción y ejercicio de la política en favor de los pueblos de la amazonía. Una cuestión fundamental en el caso de Loreto es separar la administración de Iquitos del resto de la región. El centralismo asfixiante de nuestra primera ciudad amazónica sobre el resto de provincias no permite una redistribución adecuada de los recursos; su status debería ser diferente, como Lima Metropolitana respecto de Lima Provincias. Tenemos. Todo ese esfuerzo desarticulado (como la región) de muchos loretanos que hablan y hablan sobre la autonomía regional, la implantanción de un supuesto federalismo, etc.,etc., debería orientarse a solucionar-entre otras cosas- esa inmensa contradicción entre nuestra ya megaciudad y su espacio amazónico, buscando potenciar a la región. Creámoslo o no, querámoslo o no, Iquitos crece y crece a espaldas de la región. Comprobemos ello en los niveles de educación, salubridad, ingreso per cápita, etc. entre la urbe, las demás ciudades y el bosque.
Anónimo loretano.

Elohim Monard dijo...

Bien dicho Paco. Esa es la deuda que tenemos con nuestra propia tierra. Valorar nuestros recursos naturales, nuestras culturas con todo ese conocimiento tradicional y, sobre todo, quitarnos la pereza.

Mientras, hagamos campaña por hacer visible nuestra amazonia.