12 noviembre 2007

TODO ES CINE (O ALGO QUE SE LE PAREZCA)

En el libro de crónicas IQT (Remixes), que saldrá en breve bajo el auspicio de Tierra Nueva Editores, reproduzco una extensa entrevista que le hice a Christian Bendayán, el artista plástico loretano más importante de la actualidad, y en él, hablamos de cine. De ella, saco fragmentos:

¿Qué cosas no has hecho en tu desarrollo personal, a pesar de que en algún momento has tenido mucho interés?

El cine. Por ejemplo, el cine asiático me ha aportado mucho visualmente. Existen películas imprescindibles en mi vida como Santa sangre, Las lágrimas del tigre negro, El hombre elefante, Y la nave va, Amarcord, 8 ½, Fitzcarraldo, Corazón salvaje, Terciopelo azul, Orfeo negro, Tiempo de gitanos, y muchas más.

El destino principal de esta idea es mostrar que el cine (y todas las alternativas que se le parezcan) mueven nuestro destino y nuestra influencia. Desde la Amazonía (y desde el conocimiento que de ella tenemos hemos empezado a sentir una gran necesidad de mostrar trabajos vinculados al formato audiovisual. Uno de ellos es Bendayán, que ha cubierto su trabajo y sus influencias pictóricas con gran parte de la esencia cinematográfica. Hace muy poco, Bendayán presentó en la Fundación Telefónica, en Lima, un video documental titulado Los Tigres del Pincel, realizado sobre la base de fragmentos de entrevistas que recogió entre el 2000 y el 2002 a tres pintores de estirpe popular, destacados por su esencia kitsch y su lenguaje pictórico particular: Lewis Sakiray, Julio Guevara (“Piero”) y Luís Cueva Manchego (“Lu.Cu.Ma”). El tema ha dado mucho que hablar y ya se habla de la nueva faceta de Bendayán, que tiene más cortometrajes al respecto por acometer.

Y, claro, el interés ha sido tan interesante, que hay un gran interés por mostrar nuevos trabajos. Desde la nueva idea que del Chullachaqui se logró, es decir, dar a conocer una nueva generación dedicada a buscar expresar sus intereses y su pensamiento a través de la pantalla, el video o, eventualmente, el celuloide. Y el cortometraje de Audiovisual Films, aparte de haber logrado el favor del público y el interés de todos los circuitos en los cuales se ha exhibido, ahora suma a ellos una nominación para el premio a mejor cortometraje del año en el IV Festival de Cine Peruano en París, que se realizará en la capital francesa entre el 14 y el 20 de este mes. El director, Dorian Fernández, ya se encuentra trabajando en el nuevo video documental sobre Iquitos que se presentará en la Feria del Libro de Miraflores del próximo mes. Mientras tanto, el proyecto de largometraje titulado Ayahuasca ha entrado en la fase de revisión final del guión y se prevé que pueda exhibirse a finales del 2008.

Dorian Fernández, director de Chullachaqui y Juan Carlos Palacios, director de A Lima, dos trabajos iquiteños.

Otro de los que se presentará en la Feria del Libro de Miraflores, en categoría documental, es Los Árboles tienen madre, dirigido por el escritor colombiano Juan Carlos Galeano, en nuestra ciudad, sobre la mitología popular amazónica desde nuestra propia realidad loretana, con presupuesto y producción norteamericanos. Galeano es otro de los intelectuales que ha saltado al cine como alternativa para dar rostro concreto a la cosmogonía que se abraza de su libro Cuentos Amazónicos (reeditado próximamente por Tierra Nueva).

Juan Carlos Galeano y su familia, en reciente visita a Iquitos.

Y entre los recientes empeños, jóvenes, hay que destacar la presentación, en la III Semana de la Comunicación de la UPI, del cortometraje Aún nos queda media vida, realizado por alumnos de dicha Facultad y actores provenientes de canteras teatrales universitarias. El trabajo fue dirigido por Ramiro Pollack y es parte de un plan para que, a través de los medios de que dispone la universidad, producir por lo menos un cortometraje por ciclo. Lo más destacable, aparte del importante esfuerzo de todos los involucrados, es la pulcra edición, que tuvo como puntales a los miembros del taller audiovisual de La Restinga, llamado Kinoiquitos, entre ellos Fabricio Linares y Leo Ramírez, otro de los focos de luz que ya dan mucho que hablar. Por lo pronto, sus Chikometrajes han sido objeto de un reportaje para un programa de televisión nacional a ser exhibido el viernes. Y, desde luego, se conoce de por lo menos tres nuevos esfuerzos de neófitos realizadores que esperamos dentro de muy poco puedan ver la luz pública.

Hay un boom entre las nuevas generaciones amazónicas por trabajar en cine y video.

Como se ve, la producción cinematográfica o audiovisual de estirpe y raza amazónica, en general, goza de una saludable erupción volcánica. Y esa es una muy buena noticia para una región ávida de creatividad, competitividad y reafirmación de su cultura.

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