05 julio 2007

ZONA RESTRINGIDA (PARA LA CULTURA)


Resulta ahora que la Plaza de Armas se ha convertido en zona restringida para la cultura. Por boca del mismo Alcalde de Maynas, Salomón Abensur, se ha prohibido terminantemente que el campo ferial de la Feria del Libro se ubique dentro del perímetro “restringido” que, oh sorpresa, parece haber aparecido de la noche a la mañana (o, en todo caso, desempolvado de los viejos manuales burocráticos)

A ver, vamos por partes. La Feria del Libro es un evento tradicional que todos los años se realiza entre la última semana de julio y la primera semana de agosto en Iquitos. Es probablemente uno de los pocos puntos de luz cultural en una ciudad anémica del mismo. Además de otros esfuerzos (ojalá pronto los “burócratas” no le quieran cerrar el caño a la Semana del Libro de Tierra Nueva o el ciclo de presentaciones de la UPI), basa sus principales pregones en el campo ferial, donde libreros y demás vendedores ofrecen libros, música, video, todo dentro de un orden normal y apacible. Así ha sucedido durante 21 ediciones, con todos los alcaldes que han pasado (incluido el padre de Salomón Abensur), hasta este año, en que, en insólita decisión, la MPM dice “nones” ¿Por qué? Dos asuntos, según los trascendidos (porque el burgomaestre no se digna responder por escrito o en persona a los miembros del Comité Organizador por su decisión): Uno, estamos en “zona restringida”; Dos, las casetas de la feria dan mal aspecto a la plaza.

Vayamos por partes. La misma definición de la zona restringida indica la prohibición que se realicen actividades importantes dentro de dicho perímetro. Me imagino que la plaza y su cuadrante esta restringida solo a actividades culturales, porque por otro lado, sigue siendo un lugar donde pululan ladronzuelos de poca monta y señoritas/os que venden su cuerpo al mejor postor, con plena libertad y sin restricciones (así lo garantiza la Constitución y los DD.HH., me da igual si lo hacen o no) . Además, no es zona restringida para un localcito que frente a la plaza pone unos parlantes que hacen un ruido del demonio para ofertar celulares. Claro, eso no es zona restringida, tampoco que hayan ambulantes por doquier que venden de todo, en bazar suelo; o que se permita un depósito de bebidas alcohólicas al por mayor, o un tragamonedas casi al lado de una iglesia (a pesar de leyes del INDECOPI). Para eso no hay zona restringida, pero para una actividad que solo quiere brindar conocimiento y saber a la gente (con las obvias limitaciones necesarias que también deben cumplir éstas), ufff, claro que sí, hay que darles con todo y negarles todo. De lo cual, se colige que la zona en mención jamás será un espacio de academicismo, sanseacabó, por decisión de Alcaldía (y sus iluminados cerebros).

Y respecto de que los stands de techo de irapay son “malaspectosos” es un tema discutible. A algunos les gusta, con bastante entusiasmo. A otros, más bien, les parece aborrecible. Yo creo que podrían ser mejores, tener un diseño mucho más dinámico y agradable. No creo que el irapay (palmera tan regional) sea un problema en sí, aunque algunos detalles sean ajustados a fin de que pueda tener una condición estética más “elegante”. Esas son valoraciones subjetivas, que deben ser discutidas por los que tengan algún conocimiento histórico o profesional o estético al respecto. Lo que nadie me va a negar es que hay cosas (y actividades) mucho más “malaspectosas” dentro del perímetro de la Plaza de Armas, a los cuales no se les toca ni con el pétalo de una orquídea. Además, no puede venir a discutir este punto (menos imponer juicios valorativos y categóricas sentencias) gente que debe saber de armonía y cultura lo mismo que yo de física termonuclear. Para hablar de estética (antes que solo blandir una credencial del JNE o un colorido fotocheck), hay que ser conocedor y tener cierto nivel de inteligencia o aplomo si no se quiere parecer conchudo o risible.

Entonces, hasta que haya un gran espacio cultural (que prometió el Alcalde en su campaña), las actividades que buscan conocimiento seguirán siendo restringidas por quienes deberían estar en primera fila para aprender. Y quienes creamos que se debe favorecer una estética de calidad, exportación y de alto nivel para la ciudadanía (muchísimos más de lo que los “iluminados” funcionarios de la MPM suponen) seremos restringidos hasta que la razón y el sentido común vuelvan a reinstalarse en estos fastos. Así estamos.

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