11 mayo 2007

HUMALA + HILDEBRANDT: UYUYUY

Si es verdad el rumor de que en asociación con el financista Martín Belaúnde, el siempre predecible Ollanta Humala y el siempre impredecible periodista César Híldebrandt se han reunido para adquirir y reflotar el diario La Primera, entonces entraríamos a una dimensión desconocida en el que, como siempre, los negocios unen a las personas, pero no la dan más amor a su relación.

Hildebrandt y Humala; qué extraño. Pero no sería tan descabellado si pensamos que la primera declaración de buena vecindad se produjo el año 2,000, cuando se produjo el famoso -y bambeado - levantamiento de Locumba, en la agonía de la dictadura fujimorista. En ese entonces, Hildebrandt dirigía el rabioso diario opositor Liberación y, claro está, las circunstancias de la "gesta" de los hermanos Antauro y Ollanta Humala fueron vistas por CH (y muchos demócratas) como saludable y plausible.

Pero, el díscolo carácter, congénito de CH y su fácil decepción de todos los ídolos que contribuyó a crear, hicieron que pronto Humala y todo lo que se le asociaran fueran blanco preferido de sus inquisiciones . Más de una vez, conociendo la entraña autoritaria, chavista, populista y sombría de la opción que la candidatura que el comandante enarbolaba, los dardos que se lanzaron fueron demasiado estridentes como para fingir que no existían. Humala era desconfiable para Hildebrandt.


Pero, me figuro, Humala debe ser considerado por este periodista como una opción mucho menos dañina para el país que la del actual gobernante (a quien, en memorable columna, -aún guardo el recorte escrito en Liberación el año 2001 -llamó no una opción electoral, sino "un tiro en la sien de la dignidad nacional). Y claro, las consideraciones ideológicas también pesan, porque es por todos conocido el constante antichilenismo y nacionalismo recalcitrante de CH, tan en la línea de algunos postulados radicales que el clan Humala ha proferido y sostiene.

Pero también hay otras consideraciones de conveniencia mediática, como bien afirma Marco Sifuentes, a Hildebrandt le calza muy bien el formato de prensa escrita (sus columnas son un referente de la perfecta combinación entre bilis y barroquismo con agilidad mental e inteligencia), y en ese sentido, sabiendo que su importancia actual radica en ser siempre de oposición o al menos debilitar permanentemente a los oficialismos con moralización y destapes. Y por el lado de Humala, su necesidad de mantenerse vigente y su necesidad de financiar, aunque sea indirectamente un medio de comunicación que le haga la guerra al APRA con el concurso y liderazgo de uno de los periodistas más influyentes del Perú, es una buena idea que vale la pena mantener y apostar.

Sin embargo, las bases de este amor son demasiado endebles. Tanto por el reconocido espíritu jacobino de Hildebrandt como por la conocida vena vertical de Humala. Si en verdad, el nuevo capítulo de La Primera los junta, creo que el gran reto será crear una corriente ideológica tan fuerte a favor que, en el mejor de los casos, no eleve la debilitada popularidad del comandante, sino, devuelva vigencia y solidifique credibilidad a Hildebrandt y, a lo mejor le devuelva a la tele, donde, por lo que vemos, aún tiene algunas deudas que está dispuesto a saldar con las periodistas Cecilia Valenzuela y Rosa María Palacios.

Hildebrandt vuelve, de la impensada mano de Ollanta Humala. Como diría la cortina del programa de la Valenzuela: Uyuyuy...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

uy no puede haber neovelasquismo sin la neosinamos no?

Anónimo dijo...

Pasenle esta pagina a tus amigos desempleados
http://noalpopulismo.blogspot.com

Anónimo dijo...

Revisen esta pagina, pasenle a sus patas que no tengan chamba
http://noalpopulismo.blogspot.com/